No estaba seguro de que hora era, pero sabía que temprano seguro. Oyó el movimiento en la planta baja pero estaba negado a levantarse.
La noche anterior, Harry se había dormido con el sentimiento de felicidad burbujeando en su pecho. Louis llamó su atención desde el primer momento en que lo vió, sus ojos, su aroma, su timidez. Quería saber más de él, de su historia y su vida, había despertado curiosidad en él y ahora necesitaba conocerlo.
Harry aún continuaba tumbado cuando oyó la puerta ser abierta suavemente, y unas pisadas sigilosas acercándose en su dirección. No tuvo tiempo de voltearse que tenía encima suyo el cuerpo de Zayn. El omega se había subido a su cama y estaba saltando sobre ella como un niño pequeño.
-Buen diaaaa- exclamó entre risas -¿Bonita mañana verdad?- completó en un suspiro mientras se tumbaba al lado del alfa.
Harry intentó poner cara de enojo, realmente lo intentó, pero su amigo siempre sabía como sacarle una sonrisa.
-¿A qué se debe tanta felicidad? Preguntó el alfa sorprendido -Usualmente estas con una cara de culo que no te la saca nadie- dijo a punto de carcajearse.
-Ey, no seas así. Idiota- contestó el pelinegro frunciendo sus cejas.
-¿Fue el boticario verdad?- dijo Harry alzando las cejas.
-¿Tan evidente es?- replicó Zayn mientras abría sus brazos y piernas y simulaba hacer ángeles de nieve sobre las mantas del alfa.
-¿Qué más sí no? No creo que hayas ganado la lotería ni tampoco es jueves para que María te prepare torta de limón- dijo Harry desinteresado.
-Amo los jueves de tortitas de María- divagó Zayn -Pero eso no es a lo que venía. Ayer, luego de que fuéramos a la tienda de Liam en busca de tu misterioso omega Lucas-
-Louis- lo cortó Harry.
-Lo que sea. Después de eso, Liam me llevo detrás de su tienda y-
-Zayn no, que asco. Es muy temprano para estas cosas- lo interrumpió nuevamente Harry mientras se colocaba una almohada en la cabeza para no oír a su amigo.
-No seas pervertido. Nada de eso, Liam es todo un caballero. Me regaló un collar de cuarzo rosa en forma de corazón, mirá.- Le dijo el pelinegro mostrándole el colgante en su cuello.
-Oh, eso es muy lindo Zi. Veo que él es bueno con vos. Menos mal porque si no tendría que cortarle las pelotas- reflexionó serio el alfa.
-Lo sé. Ahora andá a lavarte los dientes que tu aliento me está matando. Tenemos que bajar, Des tiene un anuncio que dar- agregó el pelinegro mientras se levantaba de la cama de su amigo.
-Bien, ya voy- contestó el alfa. Cuando se levantó de la cama, sus fosas nasales se llenaron de olor a chocolate y fresas. Zayn. Lo hizo otra vez.
-Zayn te dije que no impregnes mis mantas con tu olor- gritó el alfa, pero cuando volteó el omega ya se había ido.
Era una broma entre ellos, marcar sus mantas con sus olores. Pero dejó de ser divertido cuando Zayn dejó su aroma impregnado en la manta favorita de Harry y jamás salió.
Hoy será un día largo, pensó.
El alfa se estaba terminando de vestir. Hoy llevaba puestos unos pantalones negros, un buzo gris y sus típicos borcegos negros. No tuvo tiempo de recoger sus rizos así que los llevó sueltos.
Lo primero que sintió al salir de su habitación fue el aire helado en su casa, su padre la hacía mantener así, como si calentarla fuera de débiles.
Bajó las escaleras y se asombró por lo activo que estaba el servicio; las betas encargadas de la limpieza corrían de un lado para el otro con sus manos repletas de cosas y hasta Maria parecía estresada.
Cuando la puerta principal de la casa se abrió y por ellas entraron los alfas de las familias más importantes de Azgeda, entendió que la conferencia debía ser por razones serias.
Entró a la sala de reuniones y vio a Des sentado en la cabecera; su figura era poderosa y oscura al mismo tiempo. Posó su mirada en Harry por unos segundos, analizándolo como si estuviera debatiendo internamente sus intenciones. El más joven tomó asiento a su lado y esperó a que el jefe empezara a hablar.
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El destello de sus ojos
FanfictionEl velo cubriendo su rostro era algo a lo que louis ya estaba acostumbrado. En Azgeda, todo aquel que no tuviese ojos grises corría un grave peligro. Lo que él nunca se imaginó es que un día encontraría a alguien que podría ser como el. . . . . . Ha...