Luego de una tragedia personal Daniel Park decide mudarse a la capital Seúl para reiniciar su vida desdé cero y así buscar un nuevo comienzo.
Allí se muda a un dúplex compartido por Jace, Zack y Vasco. pero hay un inconveniente.
El es el único Omega...
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Hoy era lunes, en esta semana las clases de Daniel ya habían comenzado y como todo comienzo de curso estaba enfocado en introducir las materias correspondientes a la materia que estudiarías. Libros de texto, portátil, tomar notas y por supuesto algún que otro trabajo por hacer.
Como había elegido el periodo de la mañana tenia que tener preparado todo para el día siguiente antes de dormir, por lo que tenia que organizarse ya que la tarde estaba reservada para su trabajo.
Solo faltaba unos segundos más para que todos se levantaran y empezaran su mañana por lo que tenia que tener el desayuno ya terminado. En unos segundos más de cocina ya tenia preparado el plato y algunas cosas para agregar al café, aprovechando también en ir picando algunas cosas ya que le quedaba poco tiempo para alistarse dada la hora determinada.
Jace recogió rápidamente sus cosas y se despidió de Daniel alegando que la hora estaba pasando más rápido de lo que su boca podía masticar. Eso concluyo en una carcajada de él.
Con una sonrisa y un saludo de mano lo vio salir de casa y luego volvió el silencio de la mañana. Finalmente como dijo Jace la hora realmente avanzó lo que le hizo regresar a su habitación para arreglarse.
El silencio apenas se perpetuó mientras los demás se despertaban y Daniel ya duchado y vestido bajo con sus cosas chocando sin querer con Zack que parecía más un zombie que despierto. No se detuvo a tratar de descifrar lo que balbuceaba el alfa, pero imaginó que era una maldición dado su cara de pocos amigos. Les deseo un buen día y salió de casa.
La universidad ere enorme y como imaginaba al principio se sintió muy fuera de lugar y perdido a pesar de que ya conoció el lugar antes.
Los demás ya estaban ocupados tratando de encontrar su salón de clases.
Pero más que ocupados parecían emocionados
"¿Quizás ya mayoría eran estudiantes de primer año?"- Pensó Daniel, después de todo pensó
"¿Que tiene de emocionante el levantarse temprano para estudiar? " - Bueno, no importaba si eran receptivos. Las posibilidades de hacer buenos amigos eran mayores y eso era exactamente lo que la mayoría esperaba en el primer momento.
En eso encontró su numero de asiento y termino sentándose junto con un rubio de flequillo largo que le tapaban los ojos. Aquel chico era silencioso y notablemente alto. Por su ropa y apariencia bien cuidada pensó que era alguien de clase alta de la sociedad. Lo que pensó que tal vez no era muy bienvenido si llegaba a intentar entablar una conversación con ese chico, quizás solo eran una de sus inseguridades que todavía rondaban en su mente las que no le insertaban a iniciar el primer paso.
Con un poco de confianza se acercó sentándose a su lado llamando la atención del rubio por lo que volteo a mirarlo, encontrándose con la pequeña sonrisa amistosa de Daniel entes de acomodarse.
