Capítulo 3

121 24 7
                                    

—¡Estoy en casa!

Un mayordomo se acercó a tomar su chaleco.

—¡Ah Jungkook! Al fin llegas, ¿que tal te fué con la jovencita?—preguntó amorosamente su madre, ilusionada pensando en que finalmente su hijo sentaría cabeza.

—Bueno...

—Luego llamaré a sus padres para pedir disculpas, ¡debes cambiar tus metodos para conocer una chica eh!—le desordenó el cabello.

—Mamá, ¿tu crees que me veo bien así?—preguntó Jungkook, específicamente por su peinado.

—Claro que si, luces como todo un caballero—agarró su brazo, y juntos se adentraron a la casa.

𓃱

—Buenos días para ti también Hoseok—saludó Jimin.

—Ahhgg—se quejó.

—¿Que como estoy? De maravilla, ¿sabes porque?

—Mmh.

—Casi, bueno, ayer me llamó el jefe, soy tu supervisor y yo estoy acargo de todo lo que pasa y adivina que, me dijo que lo había llamado una chica quejándose del pésimo trato que le dió uno de los mesero, y te describió tal cual.

—¿Que? Uhh, y yo que-.

—Tu que, Hoseok, el jefe vendrá más tarde para hablar contigo, intente defenderte, pero ni siquiera sabía de lo que él estaba hablando, así que te deseo la mejor de las suertes.

Acarició su espalda y continuó con lo suyo, por suerte para Hoseok hoy le tocaba orden rápida, por lo que tomaría órdenes desde la caja registradora, todo para llevar, no tendría que lidiar con ningún idiota.

—¡Siguiente!—observó la fila. —ay no...

—Hola.

Era el idiota de ayer, Hoseok se lamentó tanto.

—Su orden por favor.

—Ah claro, yo emm, quiero una cita contigo—sonrío coqueto.

—PUAJA—se carcajeo Hoseok, demasiado fuerte que se dieron vuelta a mirarlo, carraspeo para reponerse. —su orden por favor.

—Dime, Hoseok—Jungkook toqueteo la pequeña placa en el pecho del cajero con su nombre. —¿no te has dado cuenta que lo nuestro fue amor a primera vista?

—Uhm.. no soy gay.. así que dime que quieres y te vas—le respondió.

—Y yo tampoco, pERO DAME LA OPORTUNIDAD—tomó la mano de Hoseok y la llevó a su corazón. —me va a dar un paro cardiaco, prometo hacerte la persona más feliz del mundo, vente conmigo, fuguemonos, tengamos hijos, nos casamos y vivimos en una casa en la colina, jamás te faltará nada.

—Disculpa, ¿cual es tu dirección?—preguntó Hoseok.

—¿Irás a mi casa para que te presentemos a mi familia?—cuestionó Jungkook ilusionado.

—Nop, es para mandarte testigos de Jehová—le respondió, retirando su mano del pecho del otro seriamente y suspirando cansado.

—No te resistas, la vida es corta.

—Mira rata de dos patas, no soy Heidi como para que me ofrezcas vivir en una colina como si nada, y menos ver como las vacas te peinan así todos los días, tampoco viviría ahí contigo así que vete porque tengo gente que atender—se quejó.

Jungkook volteó para ver la fila, y no había ni una sola persona parada detrás de él. Hoseok quería matarse, no literalmente.

—¿Te gusta Francia? Nuestra primera cita podria ser allá.

—Ahh ya veo, eres millonario, bien, te lo voy a decir repetidas veces para que entiendas, no quiero.

Jungkook simplemente sonreía apreciandolo.

—¿No estamos hablando el mismo idioma que no me entendiste? I don't want to, Je ne veux pas, como se dice en portugués, ¿Tubarao?

—Donde aprendiste eso, ¿Duolingo?—se burló Jungkook.

—Axe Bahía—respondió. —te voy a asesinar.

—Eso es, ¡matame de amor!—exclamó.

—Mi religión me prohíbe hablar con idiotas.

Dicho esto Hoseok se calló, y Jungkook buscó una mesa vacia para sentarse y esperar a que el turno del chico terminara.

Chicos mentirosos | JunghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora