-Capitulo 8.-

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Subimos a mi auto y conduje hacia el hospital. No podía más de los nervios; hoy descubriría si mi bebe es un hermoso campeón, o una bella princesa.

-¿Nerviosa? -rompió el silencio Mer, mientras conducía.

-Muchísimo, no puedo creer que sea el día. -dije sonriendo, sin sacar los ojos de la calle.

-Para mí es una nena, ¿sabes? No lo sé, anoche soñé con vos y una nena re linda. -dijo, la miré de reojo y pude ver su sonrisa tierna.

-Jorge me dijo que le gustaba las niñas, porque es malísimo en futbol y los niños le ganan -dije riendo-

-¿Cuándo le dirás, Tini? Es el padre, tiene que saberlo...

-Lo sé, Mechi -dije nerviosa- pero tengo miedo a su reacción, mucho miedo.

-¿Cuántas veces te lo tengo que decir, amiga? -preguntó mi mejor amiga-

-¿A qué te refieres?

-Me refiero a que te lo dije mil y una veces; Jorge te adora, está enamorado de vos, ¿o no? -asentí- Entonces no tengas miedo a que te deje, o que te lastime... Si es verdaderamente tu príncipe azul, te amará a vos y a su hijo.

-Pronto se lo diré, Mechi -dije llorando- lo prometo, amiga.

Llegamos al hospital, y antes de bajar del auto, Mechi me abrazo y yo me sequé las lágrimas. Bajamos y nos dirigimos a la sala de espera; no fue necesario sacar turno, porque ya lo había hecho por teléfono.

Pasaron unos 15 minutos y me llamaron. Mecho y yo nos dimos una mirada rápida y nos paramos para caminar hacia la sala donde el médico me atendía, y me diría si mi bebe es una niña o un niño.

-Muy bien... -dijo el médico mientras se sentaba en la silla- ¿Cómo va todo, Martina?

-Mh, excelente... No tuve problemas con el bebé -dije acariciando mi panza mientras sonreía-

-Perfecto, ¿y ya le dijiste a tu familia y al papá? -preguntó

Marcelo es mi obstetra desde que me entere de que iba a ser mamá, y estaba enterado de todo. Sabía que solo Mer sabía de mi embarazo, y sabía que mi familia y novio aún no.

-No, no les dije nada... Tengo miedo, Marcelo... muchísimo -dije triste-

-Es normal en los embarazos adolescentes, hermosa, pero tienes que armarte de valor y "tirarles la bomba" -dijo riendo, ya que así lo decía yo- Vos sabrás cuando estés preparada, pero que no pase tanto el tiempo que es peor, ¿sí? -asentí- Bien, acuéstate en la camilla y déjame ver esa pancita -dijo mientras se paraba.

Hice lo que ordenó y espere a que busque la crema y todo eso. Tomaba la mano de Mechi con fuerza mientras ella me sonreía; hoy sabría que sexo es mi bebé, y estaba muuuyyy nerviosa. El medico llegó con una crema y encendió el aparato. Puso la crema en mi panza y luego pasó el aparato por ahí.

-Uh, mira que grande esta tu bebé -dijo mirando la pantalla- Acá está su piecito, ¿lo notas? -dijo señalando una parte de la pantalla- y mira lo que tengo acá... ¿Quieres saber si es un niño o niña? -preguntó, a lo que yo respondí ansiosa que si- Bueno... vas a tener que ir comprando algunos vestidos rosas, seguro le van a quedar preciosos.

Miré a Mer, ¡tendría una nena! Mechi miraba la pantalla con una sonrisa enorme, y a mí se me habían escapado unas cuantas lágrimas alegres.

Luego de hablar con el médico, salimos del consultorio y manejé a la casa de Mer. Ella se despidió con un "Tendré que ir comprando su primera muñequita" y entró a su casa. Mi sonrisa no se borraba... Ni siquiera pensé en el nombre, porque tenía planeado elegirlo con Jorge. Cuando entré a casa, me encontré con Jorge lleno de vinchas y adornos en su cabello, y con los collares de mi hermana puestos en su cuello. No pude evitar imaginar como seria con nuestra bebé y le sonreí.

-Hola, amor -dijo mientras caminaba hacia mí- fue Mica, no mal entiendas -dijo riendo- ¿Qué pasó que tienes esa sonrisa tan hermosa y enorme?

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⏰ Última actualización: May 20, 2020 ⏰

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