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Roberto

No me dí cuenta de que había dormido todo el día, me levanté como a las 11 de la mañana, casi 12.

Santiago me estaba levantando con un tierno beso en los labios –Sos
alto cochino, no me he lavado la boca– Santi me sonrió tiernamente –Eso no me impide besarte– –Loco– casi me vuelvo a dormir cuando me tomó de las mejillas y comenzó a besar otra vez –Paraa, ¿Qué ocurre, cariño?– –Baboso, hice el desayuno– extendí mis brazos en señal de que ayude a pararme pero se abalanzó a abrazarme –Ahora nos vamos a dormir juntos, dormiremos todo el día y luego en la noche iremos a pasear– le hice un lado en la cama y el se acomodó, lo comencé a llenar de besos por donde caiga, Besé desde su cuello hasta su frente, a veces me daban ganas de usar labial solo para dejarlo con mis besos marcados,  –¿Qué preferís, ir a una discoteca o ir a pasear por el malecón?– Ya había gastado todas mis fuerzas besándolo –Amor, Abrázame poo– Santi me hizo caso y al mismo tiempo comenzó a jugar con mi cabello –Gracias, miamor– me comenzaba a acurrucar cuando paró –Robert, el desayuno se enfriará– –Vamos vamoss– antes de que se levante volví a darle besos, lo cierto es que estaba muy empalagoso el día de hoy –Tave, ¿no te molesta que te llene de besos cada que puedo?– –Al contrario, me encanta– –Vamos a comer, después te voy a besar más y quién sabe cuánto vamos a demorar– Tave se levantó primero y luego fuí yo.
Me lavé la cara, fuí hacia la mesa que estaba en la cocina y me senté en una silla, después ya tomaría una ducha.

Tave trajo dos vasos de jugo a la mesa, los acomodó y se sentó –No respondiste mi pregunta– Tave no era muy sonriente pero cada vez que se dirigía a mí sonreía y habían momentos donde su risa se volvía escandalosa –Cierto sjdjs, ¿Qué te parece si vamos a una discoteca?– –Acepto y ya comamos– –sí, gracias– Tavella asintió y comenzamos a comer, no sé qué cara puse al pegarle un mordisco al sandwich con mermelada que Santi había preparado, era una cosa espectacular, Santi tenía unas manos con alto talento, sus papis lo hicieron con mucho amor –Es el mejor sandwich que he probado en la vida, ¿yo lavo los platos y vos cocinas?– yo hablaba  con la boca medio llena mientras que Santiago se ruborizada y se reía –Vamos Robert, tampoco exageres– –¡Hay que casarnos hoy mismo!– era broma pero si el quería no lo era. –Ayer también nos casamos– –No veo nuestros anillos– –Ya te regalaré uno de caramelito– –Acepto acepto¡–

Disfruté cada bocado, amo la cocina de Santi a tal punto que me gastaría mi salario completo en contratarlo para que me cocine, es una de las cosas que se le daba muy bien, era hábil con las manos.

Terminamos de comer y nos paramos de la mesa, me fuí a lavar los dientes y como a mí me tocó lavar los platos pues eso hice, no me quejo, después de comer me gusta hacer algo para bajar la panza, sentí que algo me abrazó por detrás –¿No te mojas?– –Solo cuando me hablás al oído– –¿Qué?– –¿Lo pensé o lo dije..?– no quería ver a Santiago, ya sabía qué cara me pondría y seguro era una de esas que te hacen bobo.

Me hice el loco y seguí lavando los platos hasta que sentí como las manos tibias de Santiago tocaban mis pechos –S-santi?..– –¿Sí?– –Nada.– tragué saliva y me aguanté los suspiros que quería soltar, debía continuar pero estaba Santiago impidiendo cualquier cosa, me desconcentraba fácilmente y cómo no si esta vez estaba queriendo desabrochar mi pantalón –Deja eso ahí, ve gilipollas!– habían ratos dónde me entraban nervios y lo insultaba, pobre Santi.

Santiago se acercó a mi oído y susurró –Dame razones para no cojerte ahora mismo.– –N-no estoy fácil, no...no estoy dóc-¡ – Tavella me tapó la boca –No te hagas el menso, amor– Comenzó a tocar por todo mi torso, Amo cuando las manos de Santiago recorren mi cuerpo, lo hacen de una manera tan suave que deseo que nunca pare –¿Los niños?– –No tenemos niños pero si quieres los podemos hacer..– Otra vez tocando mi cintura por debajo de la camisa, ese hijo de perra presiona solo para escucharme suspirar. Puse mi mano sobre la de él para que la quite y me deje hablar –Gracias Santi por dejarme hablar, ahora..– me giré hacia él para apretarle las mejillas –Seguís así y te juro que te rompo un plato encima.– se comenzó a reír y me volvió a abrazar –Muy bien amor, si así lo deseas no tengo ningún problema– lo solté y comenzó a llenarme de besos –Pff! Amor, paraa!– Santiago me hacía cosquillas con sus besos, cuando besaba mi cuello no sabía si calentarme o comenzar a reírme como tetera.
Santiago me besaba y después era mi turno, hubieron muchos besos y yo iba subiendo el tono, desabotoné  su camisa y lo mordí, Él tenía algo con mi cintura y yo no me quejaba para nada, al morderlo apretó aún más y ambos suspiramos casi al mismo tiempo, Santiago se quejó levemente –¿Mi amor, quieres llevar esto a la cama?– puso su mano en mi cabeza y comenzó a acariciar, lo dejé de morder y lamí su cuello –¿Te parece?–  me cargó y comenzó a besarme.

Ni bien llegamos a la cama nos comenzamos a quitar la ropa, la tiramos al suelo y me lancé sobre él, Soy el mejor besando pero Santiago no lo hace para nada mal..

Sentía cómo Tave entraba y salía de mí, lo que iba a pasar en los baños ahora estaba pasando en nuestro departamento y estábamos totalmente sobrios.

Recuerdo que rasguñaba la espalda de Santiago y que no paraba de gemir su nombre, yo lloraba y tave enseguida me daba besos.

Le pedía que me ahorque y él lo hacía con cuidado, me dejaba muchos chupetones y no solo en el cuello, cerca de mi parte baja también había, incluso ligeras mordidas por mi piernas.

En un momento dejé sus manos llenas de mi esperma y él solo lo lamía sin  Vergüenza alguna para luego besarme, me era sumamente tierno.

Tavella

Dejé a Robert lleno de mordidas pero eran nada comparadas con lo que él me había hecho.

Leí varios libros sobre el sexo ya sea gay o hetero, solo para poder complacerlo totalmente y parecía que quedaba satisfecho hasta que bajaba la mirada y aún estaba erecto.
Pedía más a pesar de ya estar tumbado en la cama y yo no me podía resistir a él.

Su semen me era dulce, podía estar con él durante todo el día, simplemente me encantaba escucharlo gritar mi nombre y sentir cómo me tiraba del cabello intentado hacerme parar.

➢-̗̀┊﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋﹋

Supe que era momento de parar cuando Roberto se notaba cansado –¿Amor, estás satisfecho?– –Como no tienes idea..۵♡– se sentó y me dió un beso en los labios –Gracias, cariño, ahora te invito a acostarte conmigo– –Que maravilloso, me encantaría– Roberto se tiró hacia atrás y me hizo espacio para dormir juntos, nos abrazamos, nos dimos unos besitos y caímos dormidos.

Sí dormimos todo el día.

Nunca me habría imaginado con mi mejor amigo en la misma cama pero no tengo problema con eso, increíble que desde que lo conocí me había llamado la atención, en ese entonces solo éramos unos adolescentes y yo lo molestaba con mis joterías pero ahora las sigue o él las comienza.

Robert x Tavella!// Cuarteto De Nos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora