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Pasaron unos 6 día en los que ningún estudiante de la clase 1.A fue a la u.a, pues el director les había dado esa semana para descansar de lo sucedido, y la verdad, o al menos a ella, le vino bastante bien, pues ya no tenía pesadillas y había dejado de temblar cada que se imaginaba la mirada gélida de shigaraki.

Sus heridas... ya habían sanado completamente, pero ahora tenía múltiples cicatrices en los brazos y en algunas partes de la espalda

Su cuerpo no solía molestarle, pues este estaba bien formado gracias a él ejercicios, pero aquellas cicatrices

No le gustaban para nada

Ninguna de las cicatrices que tenia ahora ni las que tenia antes

Cada que se miraba a él espejo y su mirada se dirigía a sus brazos, una sensación no tan agradable se apoderaba de ella

Pero ahora lo que más le preocupaba era una cosa, el tener que cambiarse delante de sus compañeras...

Si ya era todo un reto cambiarse antes, ahora sería peor para ella pues podrían ver las cicatrices de sus brazos

¿Y si se burlaban?

¿Qué tal si dicen que es desagradables?

¿Y si les doy asco?

El pensar en eso le desbloqueo un recuerdo de la secundaria

La razón por la que se cambiaba en los baños de la escuela y no en los vestidores de las chicas con sus demás compañeras durante la secundaria

Eran las múltiples cicatrices que ya tenia en su espalda, algunas eran mucho más grandes y notorias que las demas y...

Eran horribles

Como olvidar que gracias a su quirk logro escuchar murmullos, y burlas hacia su persona de parte de sus compañeras, como "Que fea cicatrices" "Da algo de asco" "¿No le da vergüenza?" y había otros peores que ni se molestaría en recordar porque solo le dolería.

Todavía podía recordar, como no quiso volver a ir a la escuela por eso, también como empezó a usar musculosas para ocultarlas

Y todo por unas estupidas cicatrices

Pero antes solo eran en la espalda, y ahora estaban por todos lados ¿como carajos las ocultarlas ahora?

-esto es una mierda  -escuchó unas pisadas y volteo preparada para golpear a su hermanó por a ver entrado sin permiso- riu la puta que te parió, que te dije de entrar a mi... luna

Quien había entrado no había sido su hermano, sino su perro

Volteo por completo y se agachó a su altura con un sonrisa

-hola ¿quieres salir verdad? -como respuesta recibió un ladrido- lo tomare como un si

Soltó una pequeña risa al ver como luna se emocionaba por lo que rápidamente se puso un abrigo, tomó la correa y su mochila y salieron de la casa, no sin antes avisarle a su madre

-con cuidado, y cuando vengas ¿puedes traerme un kilo de arina? Quiero hacer empanadas pero se me acabó

-esta bien -guardo el dinero, le colocó su chaleco especial a luna junto con la correa y salieron de la casa, tomando una gran bocanada de aire.

Esa era la segunda vez que salía de la casa en toda la semana

La primera fue cuando sero la obligó a salir con él a probar un nuevo puesto de kushikatsu cerca de la playa

1 hora encerrados en un pinche camión

Pero la verdad valió la pena.

Las únicas dos personas que eran capaces de sacarla de la casa aunque no quisiera, eran luna y sero.

LA PALABRA PROHIBIDA //CANCELADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora