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—¿Aún te duele? espera, no presiones tan fuerte. — YoonGi tomó la manos de JiMin con sutileza mientras trataba de ayudarlo a limpiar su nariz. 

—Ya hyung, estoy bien, no duele mucho. — JiMin trató de darle una sonrisa para lograr calmarlo. 

—Mmm, aún así sigue sosteniendo esto, todavía sale un poco de sangre. —YoonGi le devolvió la sonrisa muy a penas. 

Ambos estaban sentados sobre el sofá de aquélla casa, con Seokjin parado al otro lado de la sala. Los había estado viendo desde que bajaron a la planta baja, las cosas se habían calmado un poco, pero aún se sentía muy tenso el ambiente, porque sabían que aún tenían que tratar con Seokjin. 

El mayor se había quedado en completo silencio desde que YoonGi había ayudado a JiMin con la sangre que salía de su nariz. 

Se sentía culpable, pero también enojado, con él mismo y con aquellos dos. JiMin le mintió y YoonGi también, le vieron la cara de idiota, metiéndose en su casa quien sabe cuantas veces para follar bajo su techo, mientras él creía que su amigo sería incapaz de meterse con su hermanito. 

Realmente le molestaba, pero tampoco podía pasar por alto que había sobrepasado su límite al dejarse guiar por el enojo y haber involucrado a su hermano en aquélla pelea que nunca tuvo lugar. 

—¿Desde cuando? — preguntó Seokjin, rompiendo aquel incómodo momento en la sala. 

YoonGi le miró, pensando que era momento de decirle toda la verdad a su amigo, para no crear más peleas y tampoco alargar más esto. 

—Desde que encontraste a YoonGi en la casa aquélla vez. — el menor de todos robó la palabra, haciendo que Seokjin se tensara de sólo escucharlo hablar. 

—¿Quieres decir que me mentiste desde esa vez?— Seokjin observó a su hermanito asentir —, ¿así que siempre me estuvieron mintiendo? 

—Técnicamente no siempre, pero Seokjin... — YoonGi cerró la boca al sentir como JiMin le daba un ligero apretón a su mano. 

El pelinegro miró al chico a su lado, viendo como éste le daba una mirada de ternura y necesidad reflejada en sus ojos, supuso que JiMin quería hablar en esta ocasión, así que decidió callar. 

—Hyung...— JiMin se acomodó de modo que pudiera ver por completo a su hermano mayor —, sé que te mentí y sé que hice mal en desobedecer todas tus arreglas y advertencias sobre lo que me decías, pero no fue culpa de YoonGi, yo también lo quería. 

SeokJin frunció las cejas con notable molestia. —Al parecer todo lo que te dije fue en vano, pues te entró por un oído y te salió por el otro. 

—SeokJin Hyung, ya no soy un niño, tengo 20 años y nunca me has dejado hacer algo por mí mismo. Todo lo que haces es ponerte una carga pesada sobre tus hombros sin dejar que yo te ayude, ¿por qué? sé que soy tu hermano menor y sé que pasaron muchas cosas que te hicieron velar por mí en más de una ocasión, pero a mí... a mí me gusta YoonGi Hyung. Y eso no debería ser algo malo. 

YoonGi pensó que tal vez JiMin podría ponerse a llorar en cualquier momento, pero se tranquilizó al verlo tan firme ante sus palabras, como si fuera un pequeño pajarito abandonando el nido de su madre. 

No pudo evitar sonreír ligeramente ante esa comparación. 

—Eres el vivo retrato de ella, ¿lo sabías?— Seokjin por fin pudo encontrar palabras para responderle —, como hermano mayor y como hijos abandonados al morir su madre, me vi en la necesidad de cuidar de ti, y yo tampoco entendía por qué razón me empeñaba tanto en cuidarte como si cualquier cosa te fuera a hacer daño. Pero es que, cada vez que te miro, la veo a ella también. 

Don't Tell SeokJin | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora