Asa se encontraba en su casa pensando en lo que había pasado en las ultimas semanas.
Si era honesta consigo misma, todo sería más fácil si se metiera un tiro en la sien para acabar con su monótona y aburrida vida.
Pero no tenía dinero para comprar un arma, además de que eran ilegales.
Y por si fuera poco, le daba miedo meterse en esos lugares clandestinos en donde fácilmente podría ser abusada sin ningún tipo de reparo.
Por lo que se resignó a tomar ese camino.
En su lugar, se abrió a otro mundo lleno de posibilidades en donde podría ser feliz sin tener que sufrir demasiado.
Pero si lo analizaba, eso también parecía algo imposible, en especial por la otra entidad que vivía en su cuerpo.
Esa entidad que estaba acostada justo al lado de ella, durmiendo plácidamente como si fuera lo más normal del mundo.
Al menos en lo que le respecta a Asa, Yoru era la causante de que su vida se volviera una total locura.
El demonio de la Guerra era una entidad indescifrable para ella puesto que siempre salía con cosas nuevas.
Desde querer matar a la gente, a pedirle a un chico desconocido ser su novio.
En verdad le hacía a hacer cosas que en el pasado jamás se le hubiera pasado siquiera por su mente realizar.
Ya sean actos mundanos o bien, actos ilicitos.
Y ahora, ¿Que era lo nuevo para ella?
Eso es sencillo.
Tratar de enamorar a un chico patético como lo era Denji.
Ese joven que en algún momento de su vida se le pasó la tonta idea de decirle que era el motosierra.
Como si eso la fuera a impresionar.
Incluso le llegó a parecer aún más matetico de lo que era ella socialmente.
Aunque dentro de esa ridiculez, llegó a encontrar ese toque de gracia.
Incluso a la malvada Yoru se le vió intrigada por el chico rubio de aspecto extraño, pero fue momentáneo puesto que minutos después, le dijo que el sería la presa fácil para convertirlo en un arma.
Claramente estaba en contra de eso, ya que ese chico no tenía la culpa de nada de lo que la rodeaba a ella.
Por lo que estaba en contra de esa idea, pero nuevamente fue manipulada vilmente por Yoru para que reconsiderara su petición.
Por lo que no se le ocurrió otra idea que invitarlo a una cita.
Así de patetica era.
Nunca invitó a nadie en el pasado puesto que jamás se vió como alguien llamativa para el ojo masculino.
Tampoco tenía temas de conversación de las cosas populares de su época.
En su lugar, sabía de temas bastante interesantes como lo son la bioquímica y la vida marina.
Pero no sabía si eso podría ser del interés de un hombre.
Aún así, Denji aceptó salir con ella, por lo que internamente se emocionó puesto que no fue rechazada.
Así que decidió lucirse ese día en el que fue su cita.
Usó su mejor ropa el cual solo era un conjunto de una camisa manga larga para chica y una falda alta que le llegaba por debajo de las rodillas.
Y a opinión de Yoru, parecía una mojigata.
No es como que le haya importado su opinión, pero debía de admitir que ese mal comentario la hizo cuestionarse levemente sobre si de verdad era alguien atractiva, o si incluso llegaría a llamar la atención de un chico tan patético como lo era Denji.
