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"No, bebé, esta vez no caliente."

Suspiré, mirando encantado el hermoso rostro de mi pequeño, sus preciosos rizos de un castaño casi rubio, con sus grandes e inocentes ojos marrones y sus cejas arqueadas hacía abajo, claramente preocupado.

"Estoy bien, campeón."

"¿Meñique?"

Thiago estiró su meñique hacía mí y reí. ¡Chicos! ¡Tienen que dejar de jugar conmigo!

"Tengo una mejor idea." Besé la punta de su dedito, mirándolo a los ojos.

"¿Qué tal si dejas que papá te dé tu leche hoy y luego nos dormimos temprano? Mañana es sábado ¿Sabes lo que significa?"

"¡Casssh!" Crash Team Racing, sí, la nueva obsesión de Thiago.

Reí cuando él alzó sus brazos con emoción ante mis palabras. Lo cogí de su cintura y lo bajé de encima, dejándolo sentado a mi lado en el sofá, Thiago se quedó quieto, mirándome atentamente hasta que recordó bajar sus bracitos y lo hizo.

"Primero leche, tigre. ¿De acuerdo?"

"¡Síp!"

Nada me calmaba más que darle su leche en biberón a Thiago, claro que ya no podía hacerlo seguido, había sido regañado por anto y por la misma Natasha cuando mi hijo les contó que aún amaba sentarme en el sofá, que él se acueste sobre mis muslos, apoye su cabecita en mi pecho y reciba la mamadera. Así que con el tiempo dejé de hacerlo, ahora bueno, era una emergencia, si nadie controlaba a mi omega, seguro terminaría teniendo un ataque de
pánico por todo lo que me estaba pasando.

Terminé de preparar el biberón y volví al sofá, Thiago ya sabía qué hacer, así que sin mucho cuidado, se apoyó en mis piernas y se tumbó, mostrándome una de sus más hermosas sonrisas.

Dejé que tomara con su pequeñita boca el chupón del biberón y entonces todo, todo estuvo bien, escuchar como trago a trago mi pequeño disfrutaba de su leche me arreglaba la vida.

Mi pedacito de cielo, el ángel que me salvó sin siquiera darse cuenta, Thiago era mi pequeño súper héroe, mi mejor amigo y el mejor confidente del mundo.Sonreí al sentir su manito colocándose sobre la mía que sostenía el biberón, sus ojitos estaban puestos en mí en lo que empezó a acariciar el dorso de mi mano y me regaló una preciosa sonrisa, aún con el chupón en su boca y en su inocencia de un pequeño de tres años, él sabía
que algo no andaba bien e intentaba arreglarlo.


+



Escuché el molesto sonido de mi celular. Gruñí, odiaba tener tan buen oído, Thiago y yo nos dormimos temprano, a cosa de las ocho y media o un poco después, estaba seguro que iba a tomar el largo sueño que me merecía cuando ese odioso sonido irrumpió a mitad de mi inconciencia. Si era una emergencia del trabajo, juro que iba a fingir que me cortaron una pierna con tal de no ir, estaba suficientemente cansado emocionalmente como para moverme de mi cama.

No podía ser Cristian y Neymar no me llamaba, él normalmente enviaba mensajes, imagino que por lo mismo que jamás sabemos cuándo me toca trabajar y cuando no, igual pasa conmigo, no suelo llamarlo, por no decir que nunca lo he hecho.

Incluso a veces tengo miedo de quien
podría contestarme del otro lado si alguna vez llego a hacerlo. Fuera de eso, tenía a Thiago a mi lado, podía ignorar el molesto sonido, de no ser porque mi pequeño empezó a removerse a mitad de su sueño, así que tomé el celular y contesté, no iba
a permitir que quien sea que esté llamando despierte a mi bebé.

"¿Diga?" Mi voz salió más deforme que nada, una combinación entre un intento de gruñido feroz y ronca debido al sueño. O sea, el lobo feroz con gripe, algo así.

"¿Estás durmiendo tan temprano?
Vaya, no se sorprendería si ya te han botado del empleo ese que tenías, con lo vago que has sido siempre."

Mis ojos se abrieron de par en par y en dos segundos ya estaba sentado sobre mi cama, totalmente despierto, sintiendo un ligero mareo por la agresividad de mis movimientos. De
acuerdo, primero lo primero ¿Qué hacía llamándome?

"Hola, mamá." Respondí con ironía, si es que a ese tipo de personas se les puede llamar madres.

"¿Papá ya te dio permiso de llamarme o lo estás haciendo a escondidas de nuevo?"

"Que mal agradecido." Ella bufó del otro lado.

Parte de ser de una sociedad un poco más antigua, es conservar las creencias de antes, mis padres siempre habían creído que los alfa lo eran todo y los omega eran los sumisos que andaban a su lado para ser lucidos o usados, las conexiones son eternas y con eternas significa tener al omega de criado en tu casa pariendo hijos y cuidándolos, mientras el alfa es quien sale por el pan de cada día.Sí, que rayos, ese pensamiento era tan enfermo que me fastidiaba. No soy ni nunca seré el
esclavo o el juguete de casa de un alfa con ese pensamiento.

"Sabes que tengo razón." Dijo ella y yo arropé mejor a mi pequeño en la cama, prestándole poca o nada de atención a la explicación de mi madre de por qué no me había llamado hasta
ese momento.

"...En fin ¿Cómo has estado?"

"Pues... Me han violado unas quince veces, me extirparon un riñón para venderlo en el tráfico de órganos y me amputaron una pierna la semana pasada."

"¿Por qué siempre tienes que usar los ironías conmigo? Eres un malcriado."

"Claro, claro." Rodé los ojos, odiaba este tipo de charlas, sobre todo porque sabía que a ella no le interesaba como me encontraba, mi madre solo amaba conservar las apariencias de familia feliz y si quería saber algo, Antonela bien podía decirle que me encontraba entero.

Bueno, con el corazón más o menos entero, pero definitivamente mi pierna y mis riñones estaban en su sitio.

"Si sabes para que llamo ¿Por qué tenemos que hacerla tan larga?"

"No lo sé, tú fingiste querer saber cómo estaba." Encogí los hombros, aun sabiendo que ella no podía verme.

"Pero me pregunto ¿Por qué tienes que venir? ¿No puede fingir que lo hiciste e irte a pasear por ahí? Hay muchos sitios que deben llamarte la atención."

"Que gracioso, Lionel, yo no soy una mujer mentirosa."

No, pero sí eres una madre que abandona a su hijo por cometer un error, fachosa y que ama ser el centro de atención.

"Claro."

"Como sea, iré en dos semanas."

"¿Dos semanas? ¿Y por qué me avisas tan pronto?"

"Para que te asegures de no tener trabajo ese día, no quiero que sea como la última vez y tener que hablarle a tu empleada como si fuera alguien importante."Cerré mi mano en un fuerte puño, odiaba, en serio odiaba cuando denigraba a los demás.

"Y también, estoy esperando que esta vez me sorprendas con un alfa, al menos uno que no sea imaginario."

"Sí, mamá... Soñar es gratis, calma."

"Insolente."

"Ajá. También te quiero. Hasta dos sábados, madre."

Corté la llamada antes de siquiera escuchar su respuesta y me volví a la cama, no tenía ganas de preocuparme por nada más, al final era mi madre y no sería tan importante,una persona
más o una persona menos a la que le parezca inútil, no hace la gran diferencia.

















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⏰ Última actualización: Feb 19, 2023 ⏰

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