Nota 7

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Agosto 22, 2017.

Querido, A. Era una tarde de verano, la brisa chocaba contra mi rostro, disfrutaba de la frescura del día, el sol no estaba tan fuerte, así que eso estaba perfecto para mí, no era muy fan del calor.

Yo era más del frío y la nieve; me encantaba ver cómo los copos de nieve caían lentamente hacia el suelo, el verano no estaba nada mal, lo que más disfrutaba de él es que podía pasar horas en la playa o en la piscina de mi prima, mientras charlamos de cosas triviales.

El sonido de mi celular, me sacó de mis pensamientos, no mucha gente me escribía pero, los que lo hacían eran las personas más cercanas a mí, con las que más confiaba plenamente y eso era lo que importaba.

Me lo pensé un momento, tal vez era mi amiga diciéndome que vaya a su casa para pasar una tarde con ella. Me incorporé en mi asiento, tomé el celular entre mis manos y lo desbloqueé.

Sí, era ella pero hubo algo más que me desconcertó; había un mensaje más, era de un número desconocido. ¿Podría ser...?

No.

No te emociones, ¿Qué tal si no era él?  Vamos, respira y Lee el mensaje.

Decidí hacerme caso a mí misma, solté un suspiro y leí el primer mensaje.

Desconocido:

¡Hola! :)

¿Qué tal, S?

Leí el segundo mensaje y trate de calmarme. Ok... Era un mensaje muy normal, pero no tenía nombre para saber de quién provenía. Estaba apunto de escribir un «¿Quién eres?» cuando me llegó otro mensaje del mismo remitente.

Desconocido:

Por cierto, soy A.

Eso fue suficiente para que abriera los ojos con sorpresa, que el aire se me fuera de los pulmones y mi corazón comenzará a palpitar como loco, solté un chillido de sorpresa sin querer, qué estúpida.

No podía evitar pensar lo patética que me comportaba cuando se trataba de tí, pero no podía reaccionar de otra forma más que esa.

A, me había escrito.

Querido, A. ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora