capítulo dos.

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Sí, fue la idea más estúpida que pudo haber hecho alguna vez en su vida. Ahora, estando ahí, observando toda esa gente elegante con vestidos despampanantes y trajes más caros que su casa, se daba cuenta lo asqueroso y fuera de lugar que debía verse. Hasta pudo ver la decepción destilar de los ojos de Hyejin cuando lo vio así vestido.

—Este no es mi lugar, Hye. Mira toda esta gente alrededor. Mírame a mí. Mírate a ti. No encajó para nada contigo, ni mucho menos con este lugar —Kim suspiró derrotado.

Tampoco es que como si se viera realmente horrible. Si bien se veía algo... Sencillo y humilde a comparación de las demás personas, lograba obtener miradas curiosas y discretas, admirando su belleza.

Quizá si hubiera ido con un traje, lo hubiesen pasado por allegado a la familia Jeon. Pero no, él fue con una camisa blanca de manga larga y unos pantalones de vestir. Así de simple.

—Ya deja de quejarte. Yo te lo advertí —refunfuñó—. Iré a saludar al señor Jeon. ¿Quieres venir conmigo?

—¿Con estas fachas? No, gracias —se negó—. Yo... Mejor iré a comer algo, todo esa mesa de dulces y bebidas se ve deliciosa. Son gratis, ¿verdad? Porque no pienso gastar un solo won en eso.

Hyejin rió por su ocurrencia.

—Vamos, Tae. Compórtate como alguien que tiene clase, al menos finge un poco —susurra—. Todo esto es gratis, así que no me hagas perder cara, ¿sí?

Taehyung la observó alejarse. Aunque Hyejin era su jefa y quizá tuviesen una buena relación entre jefe-empleado, solía ser algo cruel con algunos comentarios. Justamente como este. Algo se removió en su interior con incomodidad y se sintió avergonzado.

Maldito idiota. Se dijo a sí mismo.

¿Cómo se suponía que debía actuar como alguien con clase? ¿Verse presumido, odioso, prepotente? ¿Cómo? Él odiaba aparentar algo que no era.

—Pues yo voy a actuar como se me de la gana. Fue su culpa por invitarme, yo ni siquiera quería venir —se cruzó de brazos, mientras se dirigía a una gran mesa con extrañas bebidas de colores. Muy llamativas, por cierto. —¡Y para colmo, estos zapatos me están matando! No debí usar el par nuevo de zapatos que la tía Jenn me regaló. Ah, maldición.

Una vez que Taehyung llegó a la mesa, lo primero que hizo fue deshacerse de los zapatos. Lo bueno es que habían manteles largos que podían cubrirlo, así que no se preocupó.

—¿Qué será esto? —comentó curioso mientras agarraba una elegante copa de un llamativo color rojo. ¡Hasta salían burbujas de ella!

Sin dudarlo mucho, la llevó a sus labios, y probó la bebida, sintiendo su boca derritirse casi al instante. Era tan dulce que le dejó una resequedad en su boca, pero extrañamente también tenía un peculiar sabor a licor.

Bebió de ella un poco más, alzando la copa y terminando el líquido de una sola sentada.

—No deberías tomarte eso como agua si no quieres pasar toda la mañana siguiente vomitando —una voz gruesa se colocó a su lado, tomando asiento cerca suyo.

Taehyung rodó los ojos, pero no lo observó. Tampoco tenía ganas de socializar con gente rica y orgullosa.

—Es dulce, y casi no percibo el sabor a licor. Supongo que está bien.

Aquel hombre desconocido enarcó una ceja, y luego se burló.

—Se nota que no sabes nada de licores —menciona—. Mientras más dulce, más grande va ser el efecto, genio —rodó los ojos.

—Malditas bebidas elegantes de ricos —maldijo por lo bajo, dejando la copa sobre el mantel.

Este lo observó por segundos. Suponiendo que no estaba acostumbrado para nada a ese ambiente.

who are you in the dark? ¡ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora