Episodio 55

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Aonung estaba en su ilu buscando a Neteyam en mar abierto. Al verlo sintió una expresión de alivio en su rostro. Pero la preocupación se apoderó de él rápidamente cuando se dio cuenta de que Neteyam se estaba ahogando. El levantaba sus mano, tratando de nadar hacia arriba pero de pronto dejo de moverse e intento mantenerse a flote pero cayó inconsciente.

—¡Neteyam! —Grito

Rápidamente nadó hacia su amor en su ilu y vio que Neteyam comenzaba a hundirse lentamente. El extendió su mano, agarrando su antebrazo y Inmediatamente, trajo su cuerpo inerte hacia él. Sostuvo a Neteyam muy cerca de su pecho nadando rápidamente hasta la superficie.

Cuando llego a la superficie, Aonung respiró hondo y miró a Neteyam. El eclipse había pasado y  el sol comenzaba a salir.

Sacudió vigorosamente a Neteyam, colocándolo encima de su ilu frente a él, —¿Neteyam? ¡Mi Neteyam!—

Pero el no respondía. Aonung hizo un pequeño sonido angustiado. Giró la cabeza para ver una roca donde cabían los dos. Aonung llevó a su ilu a la roca. Con toda la fuerza que pudo reunir por el agotamiento y las heridas, saltó sobre la roca. Luego, Aonung puso sus brazos debajo de los de Neteyam para subirlo a la roca. El hizo una mueca por el dolor de la herida en la espalda que tenía al levantar a Neteyam. Pero se las arregló para dejarlo sobre la roca.

—¡Neteyam, despierta!—

Pero el seguía sin responder...

Aonung puso su mano sobre la mejilla de Neteyam. Poco después, puso su otra mano en su mandíbula, movió su cabeza de suavemente, mirándolo. Su estrés se estaba sobrecargando haciendo que levantara al omaticaya en sus brazos. El heredero Metkayina puso su rostro cerca de la nariz y los labios de Neteyam. El no sintió la respiración de Neteyam. Miró a su alrededor para ver si había alguien cerca, pero no había nadie incluso sus padres, el había dejado a sus padres para encontrar a Neteyam.

—Neteyam—, Aonung negó con la cabeza,—¿Qué debo hacer amor? ¿Qué?—

Aonung sintió lágrimas en sus ojos. No podía contener sus lagrimas, el estaba llorando mientras sollozaba. Algunas de sus lágrimas cayeron sobre las mejillas de Neteyam.

—Idiota, ¿Por qué me haces esto?—

Tenía que pensar en algo. Aonung recordó en el  momento en que Kiri se ahogó bajo el agua cuando visitaron el árbol sagrado. Neteyam había subido a la superficie y lo vio acercar sus labios a los de su hermana. Observó a Neteyam soplar aire en su boca. Eso es lo que necesitaba hacer. Tal vez eso podría funcionar. Aonung volvió a colocar suavemente a Neteyam sobre la roca.

Sopló cuatro respiraciones en su boca. Aonung se levanta para poner sus dedos contra la boca abierta de Neteyam. Todavía no sintió ningún aliento saliendo de Neteyam.

—Vamos. Regresa a mí.—

Aonung se inclinó de nuevo, soplando cuatro respiraciones nuevamente. Ahora sopló el quinto, se aseguró de soplar este con fuerza, cuando lo hizo, escuchó a Neteyam sacudirse contra él. El se movió rápidamente, sus ojos llorosos se abrieron un poco. Los ojos de Neteyam se abrieron. Su amor comenzó a toser grandes cantidades de agua. Aonung sintió que sus labios se curvaban y comenzaba a sonreír. Neteyam estaba tratando de respirar al girar pudo ver los ojos celeste de su amor el trato de respirar nuevamente y de inmediato después de toser toda el agua.

Sintió las manos de Aonung  sobre el para sostener su rostro como si su vida dependiera de ello. Neteyam respiró rápido y rápido. Con un grito ahogado, Neteyam le dijo.

—Te amo, te amo, te amo—  repitió en voz baja.

Aonung puso su mano sobre la mejilla de Neteyam, sonriendo enormemente de felicidad. El negó con la cabeza mientras más lágrimas caían. El tomo su rostro para limpiarlas.

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