"El peso de la verdad"

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Después de unos minutos, decidí romper el silencio y dije: "¿Sabes? A veces me siento como si estuviera viviendo en una especie de sueño. Como si no estuviera seguro de lo que es real y lo que no lo es."

Amelie me miró y sonrió comprensivamente. "Lo entiendo", dijo ella. "Hay momentos en los que me siento igual. Como si todo lo que estoy experimentando no fuera más que un sueño del que pronto me despertaré."

"¿Y cómo sabemos cuál es la realidad?" pregunté, sintiéndome un poco confundido. "¿Cómo sabemos si lo que estamos viviendo es real o simplemente una ilusión?"

Amelie se tomó un momento para responder, como si estuviera pensando cuidadosamente en sus palabras. "Creo que la realidad es lo que sentimos aquí y ahora", dijo ella, poniendo su mano sobre su pecho. "Es la forma en que nos afecta, la forma en que nos hace sentir. Si algo se siente real para nosotros, entonces es real para nosotros, independientemente de lo que cualquier otra persona pueda pensar o decir."

Asentí lentamente mientras procesaba sus palabras. "Sí, entiendo lo que dices. Pero, ¿qué pasa si lo que sentimos es dolor o miedo? ¿Cómo podemos saber si esos sentimientos son reales o si solo son el resultado de nuestras propias inseguridades?"

Amelie suspiró suavemente, y me miró a los ojos. "Creo que todos experimentamos dolor y miedo en algún momento de nuestras vidas. Y es normal sentirse así. Pero lo importante es reconocer esos sentimientos y no dejar que nos definan. En cambio, podemos usarlos como un trampolín para crecer y sanar."

Asentí de nuevo, sintiendo una chispa de esperanza en mi interior. "Pero, ¿cómo haces eso? ¿Cómo puedes superar el miedo y el dolor?"

Amelie sonrió con tristeza. "No hay una respuesta única para eso, ya que todos somos diferentes y experimentamos la vida de manera única. Pero creo que es importante encontrar tu propio camino, ya sea a través de la meditación, la terapia o simplemente hablando con alguien que te importa."

Asentí lentamente, pensando en las palabras de Amelie. "Sí, tienes razón. Supongo que solo tengo que seguir buscando lo que funciona para mí", dije con una pequeña sonrisa.

Amelie se giró hacia mí y me miró fijamente a los ojos. "Juan, no te rindas. Sé que puede parecer difícil ahora, pero las cosas siempre cambian. Y cuando menos lo esperas, la vida te sorprende de la mejor manera posible", dijo con un tono tranquilizador.

Me sentí reconfortado por sus palabras y me di cuenta de que había estado luchando contra mis propias emociones en soledad. 

"Amelie, muchas gracias por tus palabras y por escucharme. Realmente necesitaba desahogarme y tus reflexiones me han ayudado a ver las cosas de otra manera", dije con sinceridad. "Pero siento que te he incomodado hablando tanto sobre mí. Espero no haberte molestado o hecho sentir incómoda."

Amelie me sonrió de nuevo. "No te preocupes, Juan. Me alegra haber podido ayudarte de alguna manera. Y no te preocupes por haber hablado de ti mismo, a veces es necesario sacar todo lo que llevamos dentro. Además, creo que las estrellas en la madrugada tienen un efecto mágico en nosotros, nos hacen sentir más abiertos y dispuestos a compartir nuestros pensamientos más profundos con desconocidos."

Me quedé pensando en sus palabras mientras nos levantábamos de las sillas para ir a desayunar. A veces, las personas que menos conocemos pueden tener un impacto significativo en nuestras vidas, y nunca sabemos cuándo ni cómo.

Me despedí de Amelie y caminé de regreso a mi habitación. Me di una ducha rápida y me arreglé un poco más para el desayuno. Me sentía mejor después de haber hablado con Amelie, pero todavía estaba un poco inseguro acerca de mi futuro y mi relación fallida con Nicole. Me prometí a mí mismo que trabajaré en ello y encontraré una manera de seguir adelante.

Finalmente, salí de mi habitación y me dirigí al comedor del Bed and Breakfast. Estaba ansioso por ver qué había preparado Adriana para el desayuno.

Estaba sentado en el comedor, disfrutando del aroma del café recién hecho y el sonido de la naturaleza que entraba por las ventanas. Adriana se acercó a mí y me preguntó cómo había dormido. Le dije que había tenido algunos sueños extraños, pero que me sentía mejor después de mi conversación con Amelie. Adriana sonrió y me dijo que a veces una charla profunda era todo lo que necesitábamos para encontrar un poco de claridad. Me preguntó qué tenía planeado hacer durante el día y le dije que quería explorar el pueblo. Le pregunté qué lugares recomendaba visitar y ella me dio algunas ideas, incluyendo un jardín botánico y una tienda de artesanías local.

Luego de nuestra charla, llegó el desayuno y me sorprendió la variedad de opciones que ofrecía Adriana. Había una selección de frutas frescas, panes recién horneados, mermeladas caseras y una deliciosa tortilla de huevos con queso. Me sentí como en casa mientras disfrutaba del desayuno, saboreando cada bocado y planeando mi día. Decidí que quería visitar el mercado de agricultores que se llevaba a cabo en la plaza del pueblo. Adriana me dio algunas recomendaciones sobre los vendedores de alimentos y productos locales que debía buscar y me deseó un buen día. Me levanté de la mesa, agradecido por su amable hospitalidad, y me dirigí al mercado con entusiasmo.


"Desencantado: Un camino hacia la soledad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora