"En busca de la paz interior. pt.1"

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Me encontraba viajando durante varios meses, sin un destino definido, tratando de huir de mi dolor y mi tristeza. Sin embargo, un día mientras hojeaba un mapa, mi mirada se detuvo en un pequeño punto.

Era una ciudad desconocida para mí, pero algo en su nombre me llamó la atención. Sentí una curiosidad insaciable por conocer ese lugar, y sin pensarlo dos veces, decidí aventurarme hacia allí.

Llegué a "Ville Paisible" en una tarde fresca de primavera. No conocía a nadie en la ciudad, pero sentía un extraño sentido de calma en el ambiente.

Buscaba un lugar para descansar y encontré un bed and breakfast en el mapa. Me dirigí allí y llamé a la puerta. Una mujer mayor, con una sonrisa cálida, abrió la puerta y me invitó a entrar.

-¿Puedo ayudarlo? - preguntó ella.

-Sí, buscaba un lugar para quedarme esta noche - respondí.

-Por supuesto, tenemos una habitación disponible. ¿Le gustaría verla?

-Sí, por favor.

Me encontraba en la recepción del bed and breakfast, admirando la decoración acogedora y cálida del lugar, mientras la señora buscaba las llaves en el perchero, cuando de repente recordé algo importante. Había olvidado preguntarle su nombre. Me giré hacia ella y le pregunté con una sonrisa:

-Disculpe, no quise ser grosero antes, pero ¿cómo se llama usted?

-¡Oh, no te preocupes! - respondió ella con una risa amable - Mi nombre es Adriana. ¿Y tú cómo te llamas?

-Soy Juan - respondí, extendiendo mi mano para saludarla - ¿Desde cuándo trabajas en este lugar tan encantador?

-Llevo aquí unos diez años - respondió Adriana con una sonrisa orgullosa - Me encanta tener a gente aquí, verlos disfrutar de la ciudad y de mi lugar.

Ella me llevó a una habitación acogedora con una cama cómoda y una chimenea. Me sentí aliviado de haber encontrado un lugar seguro para pasar la noche.

-¿Le gustaría cenar con nosotros esta noche? - preguntó.

-Sí, gracias. Me encantaría - respondí.

-Muy bien, la cena está programada para las 7. Si necesita algo antes, no dude en preguntar.

-Gracias, lo haré.

Adriana se fue y yo me acomodé en la habitación. Por primera vez en mucho tiempo, me sentí un poco más en paz.

La habitación era acogedora y confortable, con una cama de tamaño king size cubierta por una gruesa colcha de color crema. Las paredes estaban decoradas con cuadros antiguos y un pequeño escritorio se encontraba en una esquina, perfecto para escribir o leer. Una pequeña chimenea en la pared opuesta a la cama emitía un suave calor, haciendo que la habitación se sintiera aún más acogedora. Una ventana grande dejaba entrar la luz del sol, mostrando los paisajes floreados de la ciudad. En general, era un espacio tranquilo y relajante, perfecto para descansar después de un largo día de viaje.

Me acomodé en la habitación del bed and breakfast, rodeado de las suaves brisas de primavera que entraban por la ventana. Tomé un momento para mirar mi alrededor y apreciar el encantador mobiliario antiguo y las paredes pintadas de un color pastel suave. Me recosté en la cama y cerré los ojos, permitiendo que la paz y la tranquilidad de la habitación me envuelvan.

Mientras tanto, la luz del sol empezaba a desvanecerse y el canto de los pájaros en el exterior se hacía más fuerte. Me levanté y camine a la ventana para sentir el aire fresco en mi rostro y escuchar los sonidos de la naturaleza.

Después de un rato, consulté mi reloj y me di cuenta de que eran las 7 de la tarde, hora de ir a cenar. Me aseé y me vestí con ropa fresca y cómoda, listo para conocer a los otros inquilinos y pasar una agradable noche de conversación y comida.

Como llegué a cenar, vi a Adriana esperándome en el comedor. Le pregunté sobre los dueños del lugar y ella me explicó con entusiasmo sobre su Bed and Breakfast, "El Nido de las Mariposas".

Me sorprendió cuando me dijo que ella era la dueña y administradora de todo. Me contó que había comprado el lugar hace unos diez años y lo había convertido en un lugar acogedor para viajeros como yo.

Me sentí afortunado de haber elegido este lugar para mi estadía y estaba emocionado de conocer más sobre Adriana y su increíble negocio.

Después de unos minutos hablando con Adriana, escuché unos pasos en el vestíbulo. Nos giramos y vi a una pareja entrando en el bed and breakfast. Adriana les sonrió y los saludó, luego se volvió hacia mí y me presentó a la pareja.

-Juan, estos son los señores García, acaban de llegar para pasar unos días aquí - dijo Adriana con una sonrisa.

Me acerqué a la pareja y les di un apretón de manos, luego me senté de nuevo a la mesa y continué conversando con Adriana mientras esperábamos a los demás huéspedes para cenar juntos.

Invitamos a la pareja a que se sentarán con nosotros. Ya tenía nueva información desde mi llegada, Adriana era la dueña del Bed & Breakfast y conocía muy bien la zona, por lo que le pregunté más acerca de los lugares interesantes para visitar durante mi estancia aquí.

-Oh, hay tantas cosas que ver y hacer en esta ciudad hermosa," dijo Adriana con una sonrisa. "Si le gusta la naturaleza, le sugiero una caminata por el parque nacional cercano. Si prefiere la cultura, debería visitar el museo de arte y el teatro de la ciudad.

Los señores García, una pareja joven y aventurera, asintieron y compartieron sus propias historias sobre sus viajes y aventuras en la ciudad.

Nos encantó el tour en bicicleta por el río," dijo el señor García. "Fue una forma divertida de ver la ciudad desde una perspectiva diferente.

Adriana añadió: "Y no puede perderse el famoso mercado de productos locales. Hay una gran variedad de comidas y artesanías locales que vale la pena probar y llevar a casa."

Yo escuchaba con interés y emoción mientras planeaba mi itinerario para los próximos días. Estaba agradecido de haber llegado a este encantador lugar y de tener a Adriana y los señores García como mis guías.

Pasado unos minutos de las 7 de la tarde, observé que de las escaleras bajaba alguien. Me levanté de mi silla para saludarla. Adriana también se levantó para darle la bienvenida y la presentó como la señorita Amelie. Era muy hermosa, con una sonrisa encantadora y un porte elegante.

Adriana se excusó por un momento y se fue a la cocina a servir la cena. Regresó a la mesa con una gran sonrisa y nos anunció lo que había preparado para la cena.

-Tengo una deliciosa sopa de verduras, pollo asado y patatas a la parrilla para todos ustedes. ¡Espero que les guste!, dijo con entusiasmo.

Todos nos sentamos a la mesa y comenzamos a disfrutar de la cena, hablando y riendo entre bocado y bocado. Fue una noche maravillosa, y estaba emocionado de ver qué más me esperaba en mi aventura en esta ciudad.

"Desencantado: Un camino hacia la soledad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora