𝑚𝑖 𝑔𝑎𝑡𝑖𝑡𝑜 🍓 /𝑏𝑎𝑘𝑢𝑡𝑜𝑑𝑜/

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Había sido un largo día en la UA para cierto rubio, pues ese día le habían tocado clases extras de entrenamiento y como no podía negarse a ellas debía asistir y cumplir.

Al salir del edificio se dirigió hacia la salida de la UA para comenzar a trotar.
Hacia ya unos meses que Bakugo salía a correr luego de las clases, recorriendo las zonas bajas de la ciudad siendo así de exigente con el mismo, además de que en uno de los supermercados de los suburbios vendían un delicioso jugo de fresa. ¿Porqué Katsuki recorrería toda la ciudad trotando sólo por ese jugo de fresa? Pues la respuesta era simple, la dueña del local siempre le hacía una promoción donde si compraba 2 botellas de jugo le regalaba una bolsa de dulces con un póster de gatitos. Bakugo no siempre aceptaba los dulces pero si algo se llevaba siempre eran los pósters, aunque el no lo aceptaba en el fondo amaba a los gatos y la señora era la única que lo sabía.

Con ella en local siempre había un gato albino merodeando por ahí y cada vez que el rubio iba comenzaba a acariciarlo y mimarlo como si fuese su propia mascota.

- ¿Porque no adoptas un gatito? - pregunto la anciana mientras que guardaba las botellas de jugo en una bolsa.

- Aa Vivi no puedo tener mascotas en el edificio de la UA - mencionó mientras dejaba mimos sobre la cabeza de Rei.

- Ah qué decepción, Rei tendra hijitos en unos meses - mencionó feliz.

- Oo que emoción - se le escapó una pequeña sonrisa mientras agarraba la bolsa - vendré seguido a ayudarla con las crías -

- Claro que sí - Viví sonrió mientras que tomaba al gato entre sus brazos - la próxima prepararé una torta de fresa -

- Aquí estaré - y sin más salió de la tienda para comenzar su trayecto de vuelta a la universidad, aunque el camino era largo visitar a la anciana y a su gato le reconfortaba levantando su ánimo.

Katsuki caminaba tranquilo por las calles oscuras mientras que metía un caramelo de menta en su boca. No iba prestando atención ya que debía pensar las cosas que tenía que hacer al regresar, como lavar los platos de la cocina común y lavar su ropa. Sin duda no era su mejor semana, pues con su curso se iban turnando para hacer los deberes y esa semana le tocaba a él junto a la pareja de tórtolos Kirishima y Kaminari. Y como hoy cumplían un año ambos le habían pedido ese día libre, Katsuki no dijo que no ya que el estaba feliz con la relación de sus amigos - no lo admitía-.

Sus pensamientos se esfumaron al escuchar pequeños maullidos, freno sus pasos y comenzó a buscar con la mirada de donde provenían esos quejidos.
Ya desesperado de no encontrar nada comenzó a mirar a todos lados hasta que pudo ver cómo las tapas de una caja se movían, se dirigió hacia ella dejando la bolsa a un costado tomo ambas tapas y las abrió dejando ver a un pequeño gatito de color rojo y gris. Sus ojos se llenaron de emoción al ver lo pequeñito que era. Lo sujeto con amabas manos y lo mimo.

- miau miau - y el pequeño gatito refrego su hocico en la cara del rubio.

- Tu si que eres un lindo gatito - menciono para luego mirar a los costados - Quien sería tan imbécil de dejarte aquí solito -

Molesto se paró con el gato entre sus brazos, tomo la bolsa con su mano hábil y retomo el camino hacia la universidad.

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Al llegar a la puertas de la UA Katsuki metió al gatito en la bolsa.

- No hagas ruido pequeño - y sin más siguió caminando hacia la entrada.