Parte 3

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"Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren". -Jean Paul Sartre.

Sus ojos apenas se abrían, lo borroso parecía ser eterno, unas siluetas sumamente conocidas, los ojos de Katerina de apoco se iban aclarando, un dolor agudo en su pecho le impedía levantarse, su mente y cuerpo le decían que se levante pero no tenia energía, de pronto siente una mano suave en su nuca que la ayuda a sentarse de apoco en lo que parecía una cama improvisada, al percatarse de que esa suave mano era la de un joven desconocido para ella decidió rápidamente actuar, tomándolo ferozmente del cuello, el joven abrió de par en  par sus ojos, el miedo era notablemente visible en su mirada, contrario a los ojos de Hess que reflejaban una mirada fría.

 -¿Quien eres?, y mas te vale ser sincero-. dijo la herida con un tono seco.

 -Este, este, soy... soy..- las palabras parecían no salir del temeroso Kevin. 

 -Al final abres los ojos-, dijo Robert que se encontraba en una esquina acomodando unas mantas.

-¿Que me paso?-, dijo la muchacha a medida que soltaba al joven.

El bombero dejo unas mantas en una silla sin respaldo y dando media vuelta se dirigió hasta ella.

 -Demonios niña, tienes un aguante de los dioses, te han perforado un pulmón, Alfonzo ha echo magia contigo-,  la sonrisa del hombre era tranquilizante.

Pero como todo, la paz llego a su fin ya que por la pequeña puerta pasaba la imperativa enfermera argentina, hablando tan alto que parecía que estaba gritando.

 -EY así que te despertaste-, luego se acerco al hombre, -Alfonzo te quiere en el comedor-.

Un suspiro broto de los labios de Robert Makenssi y sin contestar salió del lugar.

 -Pibe tu vieja te quiere con ella, dispara flaco- le dijo Mercy al joven estudiante.

Esas palabras parecían desconocidas al muchacho que con desconcierto la miro y tratando de entender a la confusa frase le respondió.

 -¿Que una vieja le disparo a un flaco?- menciono confuso Kevin.

Esto le causo gracia a la paciente que soltó una carcajada, -no, quiere que vallas con tu madre-, le dijo Katerina.

El joven salió de aquel sector a paso apresurado también sin decir una palabra.

 -Cielos nena, hace rato no te veo sonreír, bueno si sacas los momentos que estas con...- divagaba Mercy en  lo que se sentaba a una punta de la cama.

Ya estando solas en la habitación  un breve silencio se vio interrumpido.

 -¿Cuanto tiempo he estado durmiendo?- pregunto la alemana.

 La sonrisa picara y burlona de Mercy Paz se dibujo en su rostro -dos años-.

 Acomodándose lentamente Katerina tomo la almohada y le pego con esta a su amiga en forma de broma, acción que hizo que ambas rían un breve tiempo.

 -Vale, ya en serio, ¿Cuánto tiempo eh estado inconsciente y quien se ah echo cargo del equipo?-, los ojos azules de la líder del equipo parecían cansados.

 -Déjame veeer, dormiste tres días y en cuanto a  quien se hizo cargo, Closter y Alfonzo tomaron las cuerdas, al menos hasta que vos te levantes-, la velocidad al hablar hicieron que la enfermera termine rápido su frase.

 -Demonios, tres días... ¿y quien era ese muchacho?-. dijo la desconcertada Hess.

  -Ah, se lama Kevin creo, es estudiante, ayudo y mosqueo al mismo tiempo-, dijo al tiempo que estiraba su brazo derecho.

Batalla por la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora