Minjeong tenía la misma rutina todos los días. Un viaje en tren a la 3:00 p.m., con un boleto de ida y vuelta. Veía la nieve caer por la ventana, el frío ponía su nariz roja y sus cachetes se inflaban antes de soltar un suspiro.
Un suspiro cansado, lleno de melancolía y resignación.
-¿Puedo sentarme?- un chico moreno, con gafas, sonrió ante la sorprendida Minjeong.
-Adelante.
El moreno sonrió, agradeciendo levemente. Sacó un libro y comenzó a leer. Minjeong lo observó unos segundos y regresó a su rutina.
En su viaje de regreso, se percató que aquel chico seguía ahí mismo, lo cual le extrañó. El tren siempre se vaciaba en ese punto y volvía a llenarse una hora después para el regreso.
-Es la última parada.- Minjeong soltó sin dejar de mirar al exterior.
-¿Perdón?- El chico levantó su mirada para conectar con la de Minjeong.
"Dios, qué guapo." Pensó.
-¿No piensas bajar?
-Creo que no, ¿te molesta que te acompañe?- la pregunta fue tan terriblemente inocente que le gustó a la chica.
-Está bien.
Volvieron a estar en silencio unos minutos más, Minjeong estaba atónita por aquel chico. Le generaba curiosidad y cierta inquietud.- ¿Haces este viaje siempre?
-Es la primera vez.- el hombre retiró sus gafas, dejando a la vista sus pestañas largas. Un motivo más para pensar en lo atractivo que era.- Quise intentarlo porque tú lo haces, tal vez tenga algo de bueno.
-Te hace pensar más de lo que deberías.
-¿Y por qué lo haces?- el chico cruzó sus piernas, mostrando un total interés en ella. Un interés exquisito.
-No creo en la terapia.- Minjeong soltó con una sonrisa.- ¿Qué quieres pensar en tu viaje de regreso?
-Quiero conocerte.
Minjeong mordió su labio, quería pero no lo quería. Por una simple razón.
No era Jimin.
El par se entretuvo en una plática de casi dos horas. El tiempo que siempre le tomaba a Minjeong, pero escucharon el ruido de su llegada y los dos se alertaron.
-Supongo que aquí nos despedimos.
-Es verdad. ¿Te veré mañana?- el chico sonrió, esperando probablemente una negativa.
-Tal vez mañana no venga.
Minjeong se disculpó y se despidieron simplemente con un saludo de manos.
El aire frío de las calles de Seúl era más fuerte en la época de invierno, pero el frío que sentía dentro de ella era el doble de hiriente.
¿Por qué no volvería al siguiente día?
Una simple razón.
Jimin volvería aquella noche. No lo había dicho y nunca lo avisaba, pero la conocía tan bien, que su corazón lo sabía. Quería estar lista para ella.
Y estaba cansada de estar lista para ella, pero no podía evitarlo. Sus palabras siempre la intoxicaban, la llenaban de adrenalina y excitación. Era su eterno terror y deseo. Tan solo de pensarla, su cuerpo temblaba pidiendo más de ella.
Se preparó mental y físicamente. Tomó una ducha y comió un banquete enorme. Se recostó, esperando que sonara el timbre, pero no sucedió. Y pensó en la probabilidad de haberse equivocado, así que cerró sus ojos para dormir.
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Antología Pt 1
FanfictionColección de historias que describen otro tipo de amor... Uno del que poco hablan y del que nunca enfrentan. Cuentos cortos inspirados, en su mayoría, en canciones.