La explosión de maná de Anastasia

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Amarion estaba concentrado en su té, ignorando todo lo que su padre decía sobre el hijo del duque Alpheus. Todo había empezado bien, hasta que se menciono el pajaro que le habían regalado a Anastasia.

-Estas cosas cosas son inevitables, la princesa un día encontrara un compañero digno y eventualmente dejara el nido. Aun si el yerno entrara al palacio, la cantidad de tiempo que pasen entre ustedes sera reducido.- Felix dijo con un tono de tristeza en su voz- Justo como esta pasando con el principe, pronto dejara de venir por estar con su pareja. Ah, ese es el solitario destino de aquellos que son padres.

Amarion no sabía si Felix era un suicida o despistado, podía sentir que su padre se enojaba más con cada palabra que salía de la boca del peli rojo, pero este parecía no darse cuenta.

-Felix- la voz de Claude interrumpió al peli rojo- Si no deseas morir te sugiero que dejes de hablar. De ahora en adelante, durante el té, asegúrate de no aparecer frente a mi, ni siquiera por un segundo.

Amarion le hizo una seña a Adriano para que se retirara antes de que también terminara involucrado. Anastasia solto el aire que retenía conociendo la actitud de Claude, ambos hermanos vieron a Felix irse pareciendo perrito pateado.

Ambos se quedaron con Claude enojado, Anastasia decidiendo salvar el ambiente que tenían hace rato habló.

-¿Me tengo que casar? No quiero- Anastasia dijo haciendo un puchero.

-No hay ley que te fuerce a casarte- Claude levanto su taza y miro hacía Amarion- Pero tu hermano no lo entiende, es un blandengue a las peticiones de los nobles.

Amarion sintió que una flecha lo atravesaba por las palabras de su padre, parece que aun estaba molesto por eso.

Anastasia solto una risa nerviosa.

-Me quedare con papá aun cuando sea una vieja abuela ¡Siempre me gustara más papá!¡Y a Amarion también le gusta mucho papá, la otra vez me lo dijo!- Anastasia logro que el enojo de Claude se apagara.

Amarion se quedo en blanco tratando de recordar cuando dijo eso, no es que fuera mentira, pero no recordaba haberlo dicho.

De ahí todo fluyo bien, padre e hijo estaban en una conversación mientras Anastasia comia sus postres. A la chica le gusto especialmente uno de fresa, disfrutando de cada cucharada que daba, tomo otro, pero esta vez no era para ella.

-Hermano pruebalo, esta delicioso- dijo Anastasia acercando una cucharada hacia Amarion.

Amarion se negó y comio sus bolitas acidas. Anastasia hizo un puchero casi imperceptible y regreso a comer su postre.

Las palabras de Felix se quedaron en la mente de Anastasia, pensando en lo que dijo su escolta.

-¿En verdad me parezco mucho a mi mamá?- preguntó, tanto Claude como Amarion se detuvieron a la mención de Diana.

-¿Por qué nos haces esa pregunta?- Claude no recibió respuesta, solo ambos pares de ojos enjoyados de padre e hija se miraron entre si.

Un pequeño silencio antes de que Claude desviara la mirada, miro entre sus dos hijos antes de siquiera decidir si responder o no.

-Ambos se parecen mucho a sus madres- dijo Claude, Amarion solo movía de un lado a otro sus dulces con la imagen de Calista en su cabeza y Anastasia sonrío ante la respuesta.

-Papá, tengo un deseo- Anastasia dijo llamando la atención de los dos hombres- Quiero hacer un retrato, como de las otras familias imperiales, quiero uno con papá y hermano.

Amarion recargo la cabeza en su mano, pensando en porqué Anastasia querría algo así. Podia decir por si mismo que era odioso estar por mucho tiempo en la misma posición, no entendía a aquellos que les encantaba que hicieran retratos suyos.

El heredero de ObeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora