Capítulo 01

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Enid

Algo a lo que siempre le tuve miedo era a que mi hija llorara por la noche hasta quedarse dormida sin que yo lo supiera. Cualquier madre temería eso. Proteger a sus hijos es el deber de los padres y madres, saber cómo se sienten y ayudarlos cuando están tristes. Si no sabes que están tristes, ¿cómo se supone que vas a ayudarles? Resulta que mi hija de cuatro años, Mía, sin que yo lo supiera, ha estado llorando hasta quedarse dormida desde hace un par de noches.

Cuando me di cuenta de que estaba embarazada, mi mejor amiga Yoko y yo nos mudamos a un apartamento tamaño promedio en Nueva York, inicialmente pagado por mi padre y, casi cuatro años después, aún le estamos devolviendo el dinero en pequeñas cuotas.

Ambas trabajamos en una cafetería local con turnos alternados, así que siempre hay alguien cuidando a las pequeñas. Verán, Yoko se mudó conmigo para darme apoyo moral y ayudarme a cuidar de mi hija. Pero antes de que mi hija naciera, Yoko también quedó embarazada. Ahora solo somos nosotras cuatro. Yoko, su hija Annis, Mía y yo. Y es más o menos perfecto.Con nuestros turnos, nuestros ingresos junto con el apoyo económico del papá de Annis, y una niñera cada vez que una es requerida, cuidamos de nuestras hijas bastante bien. O eso pensaba.

Yoko normalmente tiene el turno de la noche en la cafetería, la mayoría de las noches nos quedamos las niñas y yo solas y eso nos encanta, aunque sí extrañamos a Yoko. Las niñas se tratan como hermanas, similar a Yoko y yo, y el lazo entre todas es increíble.

Sin embargo esta noche, Yoko se reportó enferma. En realidad no lo estaba, pero lo hizo para poder unirse a nuestro maratón de películas de Disney. El papá de Annis también se unió a nosotras; fue una visita inesperada, pero ninguna de nosotras tuvo problema con eso. Él trataba de ver a su hija tanto como podía, pero al tener otra familia aparte, padre e hija no pasaban tanto tiempo juntos como a ambos les gustaría. Kenth la ama con todo su ser. Él y Yoko fueron cosa de una sola noche, a pesar del embarazo, una relación entre ellos nunca iba a funcionar. Kenth ya tenía una novia y un hijo. Yoko, por supuesto, estaba muy enojada cuando lo supo, pero siempre continuó con su embarazo. Aunque Kenth no podía pasar mucho tiempo con su hija, lo intentaba, y ayudaba a ambas, Annis y a veces Mía, con una pensión. De verdad es un gran padre.

Llegada la hora de dormir de las niñas, ambas estaban acurrucadas en sus camas adyacentes en la habitación rosada y amarilla. Inicialmente, las chicas se iban a dormir bien, como cada noche. Mía siempre era algo silenciosa cuando Kenth venía, pero eso no era sorpresa.

Él hace las típicas "cosas de padre". Juega con las niñas, hace bromas estúpidas, hace de todo para hacerlas sonreír y siempre compra juguetes nuevos. Hace eso con ambas chicas, pero al final, él era el padre de Annis, no de Mía, y ambas niñas entendían, así que Annis siempre pasaba más tiempo a solas con su papá. Mía nunca había preguntado por su padre, así que nunca sentí la necesidad de explicarle la situación.

No era una historia dramática en la que el padre se había marchado o algo terrible había pasado y originó mi embarazo. Empezar una familia era lo único que yo deseaba.

No tenía aspiraciones reales en la escuela para empezar una increíble carrera, solo quería disfrutar la vida, y eso empezó con tener un bebé. Cuando tenía 23 años decidí que un niño era lo único que me haría feliz.

Yoko me ayudó a revisar perfiles de donadores de esperma, pero nunca quise que fuera un proceso arduo. Cuando conoces a alguien y te enamoras, no te detienes a pensar en su historial médico o el color de sus ojos para decidir si quieres tener un bebé con esa persona. Nunca entendí por qué la gente veía eso como un requisito para la donación de esperma. Mi hija sería perfecta sin importar con quién compartía su ADN.

The Donor [Wenclair G!P] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora