Capítulo 23

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Wednesday
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Después de entrar y cerrar la puerta de su habitación, tengo a Enid acorralada bajo mi cuerpo en la cama, ya semi desnuda. Me siento en sus piernas y la levanto para besarla más cómodamente. Levanto los brazos para ayudarla a quitarme la camisa y gimo cuando su boca va directo a mi pecho, bajando las copas de mi sostén para alcanzar mis pezones.

—Quítate estos, por favor. —Susurra contra mi pecho, enganchando un dedo en mi pantalón.

Me levanto lentamente y me paro a un lado de la cama, desabrocho mis pantalones y los dejo caer, saliendo de ellos. Vestida con mis Calvin Klein, me quedo ahí de pie, mirándola. Sus ojos recorren mi cuerpo y se fijan en el bulto entre mis piernas. Su mirada nunca se desvía de mí ni cuando empieza a quitarse su ropa interior, primero el sostén y luego las bragas, sin darme tiempo de apreciarla desde mi posición al gatear más hacia mí.

Su depredadora mirada es algo que nunca voy a superar y no calma mis nervios. Enid se acerca al borde, a mi cuerpo, y descansa en sus pantorrillas. Sube la mirada de mi paquete a mis ojos y conecta sus ojos con los míos. No digo nada cuando acuno su mandíbula para mantener su hermoso rostro en dirección al mío. Se mueve ligeramente y mis dedos quedan en sus labios, y sin decir una palabra, toma mi pulgar entre sus dientes., su lengua mojada acariciando la piel.

Sus ojos celestes se oscurecen, su cabello desordenado acaricia sus hombros y pecho desnudo, y sus hermosos labios carnosos esclavizan mi pulgar. Enid succiona más de mi pulgar en su boca, llenándolo de calor y humedad, y yo no puedo hacer más que gruñir y calentarme más con su erotismo. Manteniendo sus ojos en los míos, sus labios y lengua continúan dándole atención a mi pulgar, dejándolo deslizarse fácilmente entre sus labios. Con un pequeño sonido lo libera y continúa mirándome de manera inocente. Mi pene se tensa con su imagen del momento; todo lo que quiero hacer es enterrarme dentro de ella.

Con una de sus pequeñas manos comienza a masajear mi erección por encima de mi boxer, la otra la desliza entre mis piernas para acariciarme la cara interna del muslo. Cuando mis ojos se cierran e intento tragar mis nervios, siento suaves labios besándome el estómago como si fuera mi boca, usando la lengua y succionando la piel tiernamente. Gemimos juntas cuando su mano se mete bajo mi boxer y acoge el grosor de mi pene desnudo.

Pronto reconozco que Enid está empezando a bajarme el boxer con su boca mientras continúa masturbándome, y la empujo. Con una mano firme en su hombro, la empujo devuelva a la cama en su espalda, lejos de mí. Casi me disculpo por la rudeza de mis acciones, pero eso solo avivó su fuego todavía más. Ella gimió. Enid gimió al empujarla y se mordió el labio inferior.

—¿Qué quieres, Enid? —Pregunto suavemente, notando que no ha hecho ningún movimiento para acercarse a mí, pero sus ojos están fijos en mi pene cubierto.

—A ti. —Responde igual de suave, su propia mano deslizándose entre sus piernas y gimiendo ante el contacto. Me pongo celosa de la mano que la está tocando y yo también gimo. Con un rudo agarre a sus tobillos, la atraigo hacia mí, y no soy lo suficientemente rápida para hacer lo que intentaba. Mi lengua da una lamida a su sexo antes de que ella me empuje, su dulce sabor enciende las papilas en mi lengua y me desespero por probar más. Con ligera prisa, Enid se pone en sus rodillas otra vez, con seguridad chupa mi miembro por encima de la prenda una vez y se aleja—. Tú primero.

Todavía me petrifica que me vea, aunque sé que no debería. Quiero negarme, pero sé que no puedo. Necesito su atención. Necesito sus manos y su boca en mí como yo lo hago con ella. Necesito su lengua tocándome donde soy más sensible y necesito el calor de su boca.

Pero me alejo de ella.

Camino hacia una esquina de su cuarto donde veo colgadas algunas de sus bufandas para invierno y me envuelvo una alrededor de una mano. Un lejano llamado de mi nombre me fuerza a regresar a la cama y una hermosa y desnuda Enid sigue ahí en sus pantorrillas; confundidos y desesperados ojos celestes mirándome, sin notar la prenda que tomé.

The Donor [Wenclair G!P] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora