Capítulo 5

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El coronel trataba de olvidar lo que había escuchado hace poco, miraba disimuladamente los libros pero siempre se encontraban con la mirada amorosa de Isacar que parece tan infantil sentad@ de esa forma con un aura inocente, apartó la cara para calmarse y seguir viendo ¿Por qué era asi? ¿Me volví blando? No, no, no lo soy, no es que sea un cuzco.

¿De qué estoy hablando? Es cierto soy un buen estúpido, además no será por mucho mi estadía aquí, será un experimento para ese loco.

La puerta se abrió en donde entró Muri con un arma larga y con punta moteada, Isacar se levantó para agarrarla y levantarla en dirección del retrato de su madre.

—Fue el arma favorita de mamá—Dijo Muri con cariño.

Hoy no dejare vivo a mi contrincante sea quien sea—Dijo con alegría, Muri negó cuando se rio su herman@—Le dije por fin le dije, no fue un rechazo lo considere un tal vez—Afirmó cambiando la conversación.

Estoy muy feliz por eso, aún no le puedo decir cuñado ¿Verdad?—Miro al coronel para abrazarlo, Isacar negó con obviedad—Me alegra que estés aquí con nosotros y cuando hagan la ceremonia van a entender por qué deberían quedarse con nosotros aquí.

—Eso lo veremos más adelante—Contestó Quaritch mirando disimuladamente a Isacar que sonreí content@.

Finalizado los 3 salieron del cuarto para bajar, comer algo, la tropa aún reia con el padre por que era realmente divertido, cuando entraron ellos le aplaudieron contentos, se sentaron en un lugar apartado para seguir platicando miéntras llegaban la gente que siempre llegaban con postres o regalos.

El coronel miró como se lleno de pronto el salón con los nativos, se quedó en su lugar junto a Isacar que se mantenía en silencio para servir comida a su hermana, Said entró para colocarse al lado de Quaritch para sorpresa de su novia que sólo lo miró y siguió con lo suyo.

—Muri me dijo que Isacar te lo dijo—Susurro Said comiendo unos gusanos fritos y rojos.

—¿De qué le gustó? Si me lo acaba de decir—Contestó mordiendo una flor comestible que sabía a sandia, hace tiempo que no probaba eso, pero aún recuerda su sabor y era igualita.

—Que contestaste—Se miraron unos minutos.

—No le di una respuesta clara, lo tomó con que lo pensaría y después le daría una respuesta—Contestó aún con la mueca de fastidio que le dio—Me dijo que si quería conocerl@ y después ver que pasa con nosotros.

—Eres tonto o que—Lo regaño con un pellizco en su brazo en la que el lo golpeó—Se te olvida cual es tu misión.

—Lo se mocoso pero...

—Desde cuando tu misión se ve afectada por algo como eso—Susurro para acercarse más a él—Tu tarea es hacer que salga para capturarl@ y quedarnos con su poder—Quaritch tuvo una pelea de miradas hasta que Isacar le pasó unos dulces dorados.

Come, debes tener fuerzas—Le sirvió varios dulces, el coronel la agradeció para mirar de nuevo a Said que parecía enojado.

De pronto la puerta fue abierta por el jefe de hace un momento preocupado, en donde un escarabajo entró como si fuera su hogar con alguien encima de capucha y varias espadas, Isacar se levantó para apuntar al jefe con su arma no content@ con su atrevimiento.

Mi deidad no es lo que cree, mi hijo regresó antes de su viaje—Se arrodilló ante Isacar que lo sumbo con su pie para quedar muy cerca del dueño del escarabajo que traía una mascara—Perdone a mi hijo, que es un maleducado.

—Deja de disculparte tanto papá—Le dijo el hombre arriba que solo se despejó de su capucha para bajar, la ventana fue rota por la mantis que se coloco al lado de Isacar, el escarabajo se acercó para atacar pero su dueño lo detuvo—Tranquilo, quedate ahi—Ordenó a su amigo, se quito dicha máscara para mostrar su cara—Tanto sin verte, mi deidad—Se inclino con respeto, Isacar le gruñio con fuerza—Espero que la vida que deje aquí esté a salvo.

La deidad encarnada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora