Prólogo.

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Grandes esperanzas | Michael Clifford.

Prólogo.


La música de Avicii resonaba en todo el lugar. Los chicos se balanceaban de un lado a otro al compás de la música.

Algunos ya bastante ebrios como para saber de sí mismos.


Michael Clifford era uno de ellos.


El no iba precisamente por la música, o por el alcohol, o por las chicas; iba arrastrado y obligado por su mejor amigo Luke.


Pero al no querer bailar, no tuvo otro remedio que beber alcohol, por la insistencia de Luke, diciendo constantemente "¡Basta de vivir encerrado! Hay todo un mundo ahí afuera esperando por ti! ¡Por eso eres demasiado blanco!" Con una risa en los labios aceptó.


-¿Ya viste a ese chico? -Escuchó un grito justo detrás de él, y una risa seguida de esto.


-Está bastante bueno. -Escuchó otra risa aún más fuerte que la anterior. -Pero, ¿por qué trae puesto un gorro? Aquí está caliente ... Como él.


-¡Karoline! Niña indecente ... Ve por él.


Inmaduras. Pensó Michael en sus adentros. Pobre del imbécil que caerá en sus redes.



-¡Hey! -Delante de él se presentó una figura femenina, más baja que él. Mucho más baja.


Michael suspiró. -¿Qué hay? -Respondió sin ganas. No le apetecía hablar con nadie, solo quería estar solo en su cama. Realmente la extrañaba.


-Me gusta tu gorro. Es bonito. -Michael rodó los ojos. Sabía que era sarcasmo, porque la mayoría de las personas lo molestaban por traer gorros a diario. No importando si hiciera frío o calor. El nunca se quitaría esos gorros, porque debajo de ese gorro escondía un pequeño secreto, que sólo sabia su mejor amigo Luke, y su padre.


-El sarcasmo no va conmigo, niñita. -Chasqueó la lengua con amargura. -Ahora, sino te importa, ¿serias tan amable de dejarme solo ?

Koraline frunció el ceño. Nadie la rechazaba. O nadie se había atrevido hacerlo. No hasta, ahora.


-Solo quería hacerte un favor, amargadito. -Michael se impacientó.


-Yo no necesito favores , niñita. -Resopló con frustración

-Anda a jugar con tus barbies, princesita.


La castaña se ofendió. En verdad lo hizo. Pero su orgullo era tan grande , que no quiso que eso se notara.


-Mira, grandote. Esta niñita. - Se señaló a sí misma. -Ya no juega con barbies.

Michael levantó una ceja. -¿Ah no?


Karoline asintió. -Yo le voy más a los muñecos.


Michael rió. -¿Y a qué tipo de muñe-.


No logró terminar la oración, ya que sintió unos labios sobre los suyos.


La chica se aferró más a el.

Al diablo. Michael pensó, y le siguió el beso. Tal vez, producto del alcohol . O eso era lo que él se hacia creer.


Las manos de la chica subieron hasta su cabeza, donde reposaba su gorro .


Pero Michael reaccionó. No, ella no podría hacerlo.


Se separó bruscamente, haciendo caer a la chica del lugar donde se hallaban.


Michael la miró con una mueca de susto.


-¡No vuelvas a intentarlo ! -Y se alejó sin más .

Corriendo se salió del local.


Dejando a su mejor amigo ebrio dentro del bar, y a una chica bastante confundida . Y con ganas de descubrir, ¿Por qué le era tan importante ese maldito gorro?

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N A:

Hola soy Alejandra, y vengo con mi primera historia. Espero y les guste mucho, Pero el crédito no es solo mio, ya que, mi mejor amiga Karen (heyislarry) Me esta ayudando a escribir todo esto.

Espero y les guste y me apoyen en el transcurso de la fic.

Sé que hay dudas, pero en el transcurso de la historia se resolverán .

Twitter:

Ale: mikefireprxxf

K: weyisharry .

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