El Saiyajin Emperador Rojo

Capituló 7

El Comienzo del Entrenamiento.

Luego de lo ocurrido en la iglesia, al día siguiente, a las 7:00 am. nos encontramos en la residencia Son donde el mencionado pelinegro recién se había levantado para comenzar el día. Hizo lo de siempre; realizó un breve calentamiento, se fue a duchar y se puso su dogi de combate.

"Bien, ya llegó el día. Hoy comienza el entrenamiento para Rias y su clan" - Goku se dijo a si mismo con una sonrisa, y era un hecho lo que dijo, hoy comenzaría a entrenar a sus amigos demonios ya que eso les había prometido desde el día que vencieron al demonio renegado. Obviamente era para que mejoraran sus habilidades en combate y también para que pudieran usar el ki - "Oh, pero antes. Tengo que levantar a Asia-chan y a Yuuma-chan" - fue lo que dijo antes de subir las escaleras de la casa y caminar por los corredores hasta llegar a la habitación que le dejó a las chicas. Abrió lentamente la puerta para no hacer tanto ruido, cosa que consiguió, dio unos cuantos pasos hasta acercarse a la cama donde yacían dormidas la rubia y la pelinegra; Asia tenía puesto una pijama de conejitos mientras que Reynare por alguna extraña razón, no se veía a simple vista ya que la manta cubría todo su cuerpo - "Vaya, las chicas se ven adorables cuando duermen" - pensó el Saiyajin con una sonrisa al ver como sus amigas dormían tan plácidamente y les tocó el mechón para dejar ver sus adorables rostros. Pero eso no era todo, ambas chicas murmuraban entre sueños, a Goku le pareció curioso eso y decidió acercar su oreja para tratar de escuchar lo que decían.

"Goku-kun...Goku-kun... Te quiero mucho..." - esas fueron las palabras de la inocente Asia quien estaba sonriendo y estaba abrazando con fuerza el mismo peluche que le regaló en su cita. Y ahora con Reynare...

"Goku-kun... Goku-kun... No me dejes sola, tu eres todo para mi..." - esas fueron las palabras de la ángel caído mientras abrazaba su almohada como si tuviera al Saiyajin entre sus brazos y enormes pechos.

"¿Están hablando de mi?. ¿Pero que estarán soñando?" - se preguntó a si mismo Goku ya que le pareció curioso el comportamiento de ambas chicas, pero dejando la curiosidad a un lado, mejor decidió levantarlas a las dos - "Psst, Asia-chan, Yuuma-chan, levántense" - dijo mientras movía levemente a sus amigas con su mano.

"Mmm... 5 minutos más" - murmuró la ángel caído ya que quería seguir con su fantasía, lo mismo pasaba con Asia.

"Oigan chicas, despierten por favor" - Goku intentó por segunda ocasión pero recibió el mismo resultado. El pelinegro frunció los labios ya que ninguna de sus amigas le hacía caso, si bien podría levantarlas a la fuerza como un macho que se respeta, lo cierto es que al ver a las chicas durmiendo como ángeles, no quería interferir en su descanso, así que decidió despertarlas de otro modo. Se acercó a una de las ventanas del cuarto para abrir las persianas dejando entrar los rayos del sol, al hacer eso el rostro de Asia y Yuuma fueron iluminados por la luz causando la reacción en sus rostros.

"Hmmm..." - ese fueron los gemidos de parte de ambas ya que estaban a punto de abandonar el mundo de los sueños.

"Chicas, tienen que levantarse, es un bonito día" - dijo Goku con su misma paciencia y con su sonrisa. Y ahora si había conseguido con su cometido, la primera en abrir los ojos fue la pequeña Asia quien dejó ver sus bellos ojos de esmeralda y lo primero que vio fueron los ojos onix del Saiyajin.

"Buenos días, Goku-kun" - dijo la ex-monja con un ligero rubor en sus mejillas ya que ver a Goku reflejado con los rayos del sol, le pareció como si un ángel lo estuviera despertando.

"Buenos días, Asia-chan, ¿dormiste bien?" - el pelinegro le preguntó con su característica sonrisa a lo que la rubia asintió con una sonrisa ya que le agradó su primera noche en la casa del Saiyajin, y eso que faltaban muchos días por delante. Ahora Goku, se acercó al otro lado ahora para levantar a la ángel caído - "Psst, Yuuma-chan, ahora es tu turno de despertar" - le dijo mientras movía levemente el hombro de la chica.