CINCO

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MIENTRAS COMENZABA A DESPERTAR LENTAMENTE, me sentí más descansado que nunca en mi vida. Mi primer impulso fue estirar y flexionar mismúsculos, pero entonces tendría que abrir los ojos, y aún no estaba convencido dela idea de dejar este capullo perfecto. Excepto que también fui consciente de otrasdos cosas: mi rostro se calentaba por el sol que entraba por la ventana y elabrumador y dulce olor de... Compañero.

Mis ojos se abrieron de golpe cuando la pasada noche me inundó. Mientrasrecordaba, me invadió una nueva conciencia. Alguien me estaba mirando.Obviamente, no era un peligro ya que mi estúpido lobo estaba demasiado ocupadoacicalándose y lamiendo sus patas, preparándose para nuestro compañero. Idiota.Excepto... Tal vez yo era el idiota, si estaba perdiendo el tiempo preocupándomepor mi lobo cuando podía estar mirando a mi pareja. 

Un suave jadeo se registró vagamente cuando me di la vuelta y me encontrécon un hermoso par de ojos grandes, tan azules que casi parecían violetas. Micerebro notó el cabello oscuro y la piel cremosa, los labios como capullos de rosa ylas mejillas rosadas atrapadas en un rubor. Quería asimilarlo todo, pero no podíaapartarme de su mirada. 

Cuando finalmente habló, la voz suave como un susurro me sorprendió losuficiente como para recordar finalmente respirar. 

—¿Eres mi verdadero compañero o el príncipe azul? Hueles a mis cosasfavoritas, pero pareces un personaje de cuento de hadas

Mientras procesaba lo que estaba diciendo, mi boca se curvó en una sonrisa.

 —Cariño, no soy el Príncipe Azul de nadie. Aunque podríamos llamarte BelloDurmiente. Esta es la primera vez que te veo despierto desde que te encontré alcostado de la carretera. —Probablemente podríamos tener conversaciones másimportantes, pero si esta era mi oportunidad de conocerlo por primera vez, sentíque ser un poco tonto estaba bien. Lo quisiéramos o no, la responsabilidad siempreestaría esperando.

Su risa entrecortada calentó mi pecho.

 —El Bello Durmiente, ¿eh? Estoy seguro de que no era para nada hermoso.De hecho, tengo suerte de que no pensaras que había muerto atropellado. Pero noquiero pensar en mis heridas en este momento. Volviendo a este asunto del"príncipe contra el verdadero compañero". Sé que no eres el príncipe Felipe,porque él no solo pertenece a la Bella Durmiente, sino que además, tu cabello esoscuro y él es rubio. Pero el Príncipe Azul pertenece a Blanca nieves y no tengo niun hada madrina ni hermanastras malvadas. Y definitivamente no soy losuficientemente coordinado para caminar con zapatillas de cristal. Aun así, ella nopuede tenerte porque creo que se supone que eres mío.

—No lo sé. Creo que Bello Durmiente es un buen nombre para ti. O tal vezsolo... belleza. —Sonriendo, levanté la mano y pasé el pulgar por la marca denacimiento de color rosa suave en forma de corazón entre sus ojos—. Puedesllamarme como quieras porque se supone que soy tuyo, y sí, soy tu verdaderocompañero. Me detuve para ayudarte anoche, y tu olor casi me pone de rodillas. Yahora despierto y descubro que eres hermoso también... siento que la diosa me habendecido de verdad. Mi nombre es Min Yoongi, pero es mi oración que elijasllamarme compañero. 

Oh. Oh, mi... —Cerrando los ojos, Thirteen se estremeció mientras negabacon la cabeza. Cuando los abrió de nuevo, los orbes violetas estaban brillantes yllenos de emoción. Parpadeando dos veces y luego una tercera vez, se quedómirándome por un largo y conmovedor momento antes de acunar cuidadosamentesu mano sobre mi mejilla—. Eso fue lo más romántico que he escuchado en mivida. Fue incluso mejor que cualquier película o libro. Recientemente aprendíacerca de los verdaderos compañeros, y mi amigo me dijo que eran raros. Sinembargo, se equivocó porque escapé anoche, y aquí estás, la primera persona queme encontré. Me llamo Thirteen porque no tenemos permitido nombres.

EL ALFA REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora