OCHO

28 2 5
                                    

MIN YOONGI

EN EL MOMENTO EN QUE nos sentamos a desayunar, Wonho se echó a reír y seacercó a Jimin.

 —¡Buen trabajo! Esa marca de mordisco en el pecho de Yoongi es exactamentelo que esperaba ver esta mañana. 

Negué con la cabeza hacia JK.—Habla con tu pareja, hombre. Esta es una conversación de desayunoinapropiada, amigo. —Los ojos de JK se agrandaron—. ¿Esocrees? Mierda. Deberías haber estado aquí el jueves pasado. Wonho tuvo que explicarpor qué no era una buena idea que Noah corriera diciendo que su polla teníahambre. Y hay preguntas de por qué no lo fue. Muchas preguntas. En esta casa,todo se trata de malas conversaciones en la mesa. 

—¿Qué? ¿Por qué diría eso mi pequeño? ¿De quién necesita patear eltrasero? Estaba listo para matar, pero Wonho se echó a reír.

 —Tranquilo, Yoongi. Ahora tenemos gallinas y pensó que el gallo estabademasiado flaco porque las gallinas gordas se estaban comiendo toda lacomida. Alguien —hizo una pausa para lanzar una mirada fría a Jk—, pensó queera divertido decirle a nuestro hijo de seis años que los gallos también eranconocidos como pollas.

 La mano derecha de Jk se levantó.

 —Lección aprendida. No repetiré ese error. 

Miré alrededor del comedor, que de otro modo estaría vacío, como si pudieraofrecer una pista.

—¿Dónde están los chicos, de todos modos? No los he visto desdeque llegamos. 

Wonho asintió con tristeza.

 —Lo sé. Los extrañamos mucho cuando están fuera, pero pasaron el fin desemana con una familia en la ciudad que tiene hijos de su edad. Jungkook dice que esbueno para ellos ser niños. Y lo es, pero los extraño y es difícil no molestarlos.

 Guiñando un ojo, le lancé una sonrisa. 

—Me alegro de que Jimin y yo pudiéramos distraerte entonces. Quierodecir, no puedo prometer tanta emoción en cada visita, pero veremos qué podemoshacer. 

—Habla por ti mismo, encanto. —Jimin se estremeció y negó con la cabeza—. No más emoción, por favor. Después de rescatar a mis hermanos, habré tenidosuficiente, gracias. 

Visitamos un poco más, y cuando llegó el momento de irnos, Jimin mencionó que se mostraba reacio a dejar nuestro nido especial. Wonho prometió que lahabitación de invitados siempre estaría abierta para nosotros y le recordó que losveríamos a ellos y al resto de mi equipo esta noche. Finalmente, Jimin seemocionó por ir a Tehachapi y conocer a mi manada. Nuestra manada, ahora. 

Jimin y Wonho charlaron, haciendo planes para mantenerse en contacto a travésdel nuevo teléfono que habíamos encontrado junto al plato del desayuno de Jimin esta mañana. Wonho había pasado los momentos en los que no estábamos hablandopara enseñarle a Jimin cómo enviar mensajes de texto, mientras Jungkook y yoestablecimos planes para que él trajera tantos hombres como fuera posible estanoche. Cabalgábamos al anochecer con sus deltas en las colinas como lobos,apoyándonos y siguiendo el rastro de Jimin. 

De una forma u otra, estábamos encontrando a esos hermanos desaparecidos ysacándolos de allí. Y las únicas personas que planeaba morir eran los captores, consuerte en mis manos.

EL ALFA REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora