—¡Estás galletas están muy ricas Binnie! —Exclamó el menor feliz comiendo de la bandeja de galletas que la madre de Soobin había dejado para ellos— Tú mamá es muy buena cocinando.
Soobin sonrió antes de negar. Aunque el solo imaginarse a su madre cocinando le causó gracia, la cocina era el último lugar en donde encontrarías a Choi Miyeon.
—Mamá no las hizo Gyu. —Le dijo Soobin a su pequeño amigo quien tenía la boca llena de galletas— Fue mi nana, ella es la mejor cocinera del mundo.
El rubiecito de mejillas regordetas asintió sin dejar de comer, se veía adorable ante los ojos de los mayores.
—Creo que a tu madre no le agradamos. —Soltó Yeonjun quien miraba cauteloso la puerta de la habitación del menor, deseando que la madre de Soobin no entrara por ella.
—¿Por qué lo dices Jun? —Indagó el rubio mirando a Yeonjun, este tenía el ceño fruncido y su mandíbula apretada.
—¿No lo ves Gyu? —Le preguntó al menor— Cada vez que venimos nos ve con esa mirada de superioridad y no nos dirige la palabra, es como si fuéramos fantasmas en su casa.
Yeonjun tenía doce años, era muy maduro para su edad y se daba cuenta de la forma en la que Miyeon los trataba a él y a Beomgyu. Ellos sabían que la familia Choi era una de las más respetadas y con mucho poder del país, pero eso no les daba el derecho a tratarlos como si fueran inferiores a ellos.
—Pues, recuerdo que una vez se enojó porque toque uno de sus costosos vestidos, pero fue un accidente y como tenía mis manitas sucias ella gritó mucho. — Contó el menor chupando sus deditos quitando el rastro de crema de estas.
Soobin frunció su ceño al recordar aquello, su madre gritaba como loca, furiosa por su vestido nuevo de diseñador, recordaba como Beomgyu lloró disculpándose por lo que había hecho, pero su madre no lo escuchaba. Se sintió muy mal por no haberlo defendido.
Soobin y Beomgyu tenían once años, pero aun así Beomgyu seguía comportándose como un pequeño de seis, y Soobin aunque era igual de enérgico e infantil que el pequeño rubio, había momentos en los que tenía que comportarse y adoptar una personalidad más seria y reservada.
—Tú madre es una controladora, Soobin. —Dijo Yeonjun importándole poco lo que pensara Soobin, no iba a ocultar el resentimiento que tenía por esa señora.
El castaño suspiró.
—Lo sé, pero es mi mamá. —Se defendió Soobin.
Aunque supiera lo controladora y engreída que era su madre, no había nada que pudiera hacer para cambiarla o para que sus amigos la aceptaran. Miyeon siempre sería así, y mientras no se entrometiera en su amistad, todo estaría bien.
—Mejor hablemos de otra cosa. —Soobin cambió de tema, lo último que quería era pasar toda la tarde hablando de su madre.
—¡Juguemos videojuegos! —Soltó feliz el menor—¡Binnie tú tienes muchos videojuegos!
Los mayores asintieron ante la petición del rubio, todo con tal de ver a su pequeño feliz.
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—No Beom, los unicornios no traen a los bebés. —Le dijo Yeonjun al rubiecito quien movía sus piecitos en el columpio.
—Pero eso se lo dijo mamá a Eunchae.

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𝙢𝙖𝙜𝙣𝙚𝙩 | Choi's line
Fanfiction❝Hay almas que son como imanes, están destinadas a encontrarse, sin importar el tiempo y la distancia... ❞ ꒱࿐♡ ˚.*ೃ adaptación ꒱࿐♡ ˚.*ೃ ¡! poliamor ¡! ꒱࿐♡ ˚.*ೃ soobin, yeonjun ✧ top ꒱࿐♡ ˚.*ೃ beomgyu ✧ bottom ꒱࿐♡ ˚.*ೃ romance, drama, angst ꒱࿐♡ ˚.*ೃ...