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Habían pasado tres meses desde que el semestre inició y en ese tiempo ninguno de los tres se había dignado a hablar. Cada uno de ellos perdido en su propio mundo ignorando los sentimientos que un día tuvieron y nunca desaparecieron.

Soobin era el más inquieto de los tres, los recuerdos de su infancia lo golpeaban constantemente haciéndolo sentir frustrado, ¿por qué justo cuando creyó haber pasado la página el destino le jugaba tan sucio? ¡Era injusto! Pero, aun así, siempre se mantuvo atento a cada uno de sus movimientos, intentando ser lo más discreto posible. Soobin sabía que desde que terminaron su amistad Yeonjun se había vuelto más cerrado, era frío y cortante, y tendía a meterse en problemas, algo que el Yeonjun del pasado nunca hubiera hecho, lo que lo preocupó ¿por qué actuaba así?

Por otro lado, estaba Beomgyu, él seguía siendo el chico tierno que una vez conoció solo que más inseguro y dócil, eso también lo alertó ¿dónde quedó el pequeño sonriente e infantil que no paraba de hablar?

También supo del maltrato que sufría su pequeño amigo por ser "becado" algo que le molestó. Soobin sabía que Beomgyu venía de una familia humilde, por lo que no tenía los beneficios que la mayoría de los estudiantes de allí. Así que no tardó en actuar.

Él quería ayudar a sus amigos, aunque fuera manteniendo su distancia.

Aunque lo quisiera, no podía sacar a Yeonjun de los problemas en los que se metía por querer ser un bad boy, pero si podía ayudar a Beomgyu al menos animarlo un poco. No le gustaba ver a su pequeño amigo llorar, por lo que comenzó a dejar notitas de ánimo en su casillero, porque sí, la clave de su casillero era su cumpleaños.

Su corazón saltó de alegría al ver como el pelimorado sonreía y miraba a su alrededor en busca de la persona que había dejado esa nota, pero más se emocionó cuando vio que la respondió y la dejó en el mismo lugar.

No importaba cuanto quisiera estar con sus amigos, Soobin no se sentía listo para enfrentar a sus amigos, especialmente porque su madre estaba de por medio.

Suspiró pesadamente y volvió su mirada al libro.

—Aunque los extrañe, creo que es mejor así. —Dijo para sí mismo ignorando el nudo que se formaba en su garganta

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Los tacones resonaron en el silencioso salón, la directora Myoui Mina puso su mirada en los estudiantes quienes terminaba su examen de biología, tan pronto sintieron su mirada todos dejaron lo que estaban haciendo y la miraron atentamente.

—No les quitaré mucho tiempo. —Comenzó a decir esta— Solo quiero informarles que este fin de semana iremos a un pequeño retiro que nos servirá para ponernos en contacto con la naturaleza.

Se escucharon murmullos y algunas risas, Soobin no prestaba atención a lo que sus amigos decían, perdido en sus pensamientos se percató de algo muy importante.

El retiro era algo costoso, aunque para él no era problema pagar ese dinero, sabía que había alguien que no podría hacerlo.

Y ese era el pequeño pelimorado de mirada cabizbaja.

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𝙢𝙖𝙜𝙣𝙚𝙩 | Choi's lineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora