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Soobin vivía con sus padres y sus dos hermanos mayores, Yesung y Goeun. Pero todos sabían que sus padres, especialmente Miyeon tuviera preferencia con su hijo menor. Soobin siempre le obedecía en todo, sin importar que no estuviera de acuerdo con algunas cosas, él nunca iba contra ella, a diferencia de sus hermanos, Yesung siempre fue un chico libre y no le importaba expresar su opinión, muchas veces desafió a sus padres, porque nunca estuvo de acuerdo con ellos, la forma en la que pensaban, en la que actuaban, Yesung no podía vivir con personas que solo les importaba el dinero y el poder, él no era así y nunca lo sería, es por eso que tan pronto cumplió la mayoría de edad se mudó de casa de sus padres. A pesar de sus diferencias seguía visitándolos especialmente porque sus hermanos seguían viviendo allí.

Luego estaba Goeun, solo era un año mayor que Soobin, ella era la "problemática" de la familia, odiaba las reglas especialmente si eran las que su madre les imponía. A ella le gustaba llamar la atención, pero no de la manera en que Miyeon quería, Goeun estaba lejos de ser sutil y femenina, sus cabellos púrpuras y sus ropas negras solo hacían que los ojos de Miyeon sangraran de tan solo verla, pero a Goeun no le importaba, ella haría lo que quisiera de todos modos.

Soobin por su parte siempre fue muy obediente y educado, el orgullo de la familia Choi, no había nada que Soobin no pudiera hacer, él era simplemente perfecto ante los ojos de su madre, por ello cuando esta se enteró de su amistad con esos chicos de tan baja categoría no dudó en actuar.

Nadie arruinaría su reputación, ni mucho menos dañarían a su hijo favorito.

Habían pasado cinco años desde la última vez que Soobin había hablado con sus amigos, ahora con diecisiete años se había acostumbrado a no tenerlos siempre consigo, bufó y tiró su bolígrafo al suelo, no sabía siquiera porque seguía estudiando si había pasado el examen de la universidad y mañana temprano tenía que presentarse.

En ese tiempo se dispuso a estudiar, tenía que mejorar sus calificaciones, o su madre se enojaría mucho y lo que menos quería era que ella se decepcionara de él. También había hecho amigos, si es que se podían llamar así, no hablaba mucho con ellos tal y como hacía con Beomgyu y Yeonjun, tampoco sentía ese gran afecto por ellos como lo tenía por los susodichos, pero aun así le gustaba no sentirse solo.

Además, sus nuevos "amigos" habían sido aprobados por Miyeon, lo que era algo bueno, así no le traería problemas. Sus amigos también irían a la misma universidad que él lo que lo hacía sentir menos ansioso. No tendría que pasar de nuevo la dura tarea de tener que socializar.

Guardó sus pesados libros y se fue a dormir, había tenido un día muy largo y cansado, solo esperaba que mañana fuera mejor.

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Los rayos de sol golpearon su rostro, rodó sobre su espalda y abrió sus ojos, de nuevo tuvo uno de esos sueños. Realmente extrañaba a sus amigos, pero dudaba que ellos quisieran volverlo a ver, habían pasado cinco años, lo más seguro era que ya lo hubieran remplazado. Esa idea lo entristeció, recordaba perfectamente a Beomgyu decirle que nadie podía remplazarlo, que él era único y especial.

Sonrió.

Extraña escuchar la dulce voz de Beomgyu y los constantes regaños de Yeonjun, pero el daño ya estaba hecho.

𝙢𝙖𝙜𝙣𝙚𝙩 | Choi's lineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora