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──── Esto es... ¿Esto es un beso, Gin? ──── Preguntó Kyouka, bastante curiosa por el acto que sus ojos acababan de contemplar frente a ella. No sabía que una acción tan simple cómo un beso podía generar este tipo de reacciones.
──── Bueno... ──── Gin observó a Dazai tirado en el suelo, casi convulsionando pero de la felicidad, no se movía pero tenía una sonrisa tonta en su cara y sus ojos brillaban, cómo si estuviera soñando despierto. ──── Podría suponer que sí. ──── Lo que no podía suponer es que alguien se desmayara por un beso, eso si que no era normal. Lo mejor era no comentar nada que estuviera relacionado con esto.
──── Gin-san, acabo de darle un beso a alguien en el día de los besos, ¿eso significa que no tendré mala suerte durante el año? ──── Cuestionó Atsushi, con una mirada preocupada, quería asegurarse de que lo que acababa de hacer tendría su efecto positivo.
Gin, con una sonrisa suave al igual que esas ligeras carcajadas, con un tono sensible le contestó a Atsushi: ──── Por supuesto, cumpliste con tu cometido y besaste a alguien en el día de los besos, eso significa que tendrás buena suerte en todo el año.
──── ¡Que bien! ──── Festejó con emoción, robarle un beso al chico más guapo y popular de la escuela, y que siempre estaba dando vueltas a su alrededor cómo un perro persiguiendo a su amo, parece que había valido la pena.
Tan absortos estaban los tres en su conversación que no notaron la presencia de una figura pelinegra que se había acercado silenciosamente hasta dónde se encontraban ellos; se trataba de Ryunosoke Akutagawa, compañero de Atsushi y el mellizo mayor de Gin. Cuándo los tres se percataron de su existencia, pegaron un salto del susto que les provocó, fue muy inesperado verlo aparecer tan repentinamente junto a ellos, excepto Gin, ella era su hermana y ya estaba acostumbrada a estos movimientos sigilosos de su hermano.
──── Gin, ¿qué está sucediendo aquí? ──── Cuestionó, refiriéndose al chico en el suelo casi muerto en vida, parecía un insecto si se le permitía opinar.
En un principio, solo se acercó hasta a ellos por Atsushi, a su torpe compañero le esperaba un buen golpe a su hueca cabeza en un castigo por haberlo hecho recorrer casi toda la escuela en su búsqueda, y ya que su hermana estaba con él, también aprovecharía para conversar con ella en lo que se aseguraba del bienestar de la misma cómo su lealtad y deber cómo hermano mayor. Sin embargo, ver a Dazai, el estudiante más apuesto de la escuela tirado en el piso, llamó más su atención; no porque estuviera preocupado por él, la verdad le daba igual, solo era curiosidad de saber que carajos le había pasado para terminar en el suelo cómo una cucaracha.
──── ¡Akutagawa! ──── A pesar de que Ryunosoke se dirigió primero a su hermana, Atsushi le interrumpió completamente al lanzarse hacia él. ──── ¡Esto es una emergencia! ──── Vocalizó, con un tono y un rostro angustiado, mientras sostenía las pálidas manos del chico.
