El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar" ~Gabriel García Márquez.
Compilación de historias cortas, monólogos y microrrelatos de la autora. 📓✒️ Prohibida su copia o adaptación. Digan no al plagio y sean or...
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A Jack siempre le había gustado estar solo en su habitación, cuando no estaba en la escuela o con sus amigos, no había nada que le encantase más que jugar con sus juguetes.
Sus padres consideraban que después de terminar sus deberes, era bueno distraer la mente con un poco de diversión e imaginación; y eso era lo que hacía exactamente. Adentraba su mente en mundos llenos de aventura, en donde la paz y la justicia reinaban ante el mal. Él era el propio conductor de su historia e iba batallando contra fuertes ejércitos y malvados villanos entre las cuatro paredes de su habitación.
En sus manos cobraban vida los muñecos de plástico con la forma de legendarios héroes que aparecían solo en la tele, y los cuales habían acompañado la niñez de sus propios padres. Superman el Hombre de Acero, Batman el Murciélago, Capitán América, Hulk, y muchos más alrededor del suelo entre cubos para construir sus famosas ciudades donde sus hechos se llevaban a cabo. Hacía volar a los personajes como aviones en el cielo, y luego luchaba contra el malvado para salvar el día. Podría decirse que los superhéroes eran una parte importante de su vida.
Jack los amaba, no había un solo día que se perdiera los muñes de la Liga de la Justicia o Los Vengadores. Sus diminutos ojitos de niño de siete años brillaban cada vez que el soldado de América empuñaba su colorido escudo, o el simple poder que guardaba el martillo de Thor cuando este lo lanzaba hacia el cielo.
Era como si todo lo bueno del mundo se reflejara en aquellos animados.
Jack quería tener algo parecido, algo igual a eso. Quería salvar al mundo de una forma tan gloriosa como ellos lo hacían.
Pero aún era muy niño para eso. Su padre se lo decía.
Pero cuando creciera se aseguraría de mantener sano y salvo cada parte de él. El mundo necesitaba héroes cada día, aunque a tan temprana edad Jack no sabía cuál era su deber. El Capitán América siempre hablaba del deber, y un día que quiso preguntarle sobre eso a su padre este le respondió que muy pronto lo entendería. Cuando fuera mayor.
¿Por qué todo debe saberse cuando se es mayor?
Lo ignoraba, simplemente continuaba jugando sobre su cama, pero por esa noche ya era suficiente. Había llegado la hora de dormir.
—Muy bien, campeón– le dijo su padre atrapándolo de un salto entre sus brazos–... llegó la hora de los dulces sueños.
—No quiero irme a dormir. Aún es temprano– protestó Jack rodeándole el cuello con sus cortos bracitos.
