⚠︎𝐃𝐞𝐚𝐝 𝐄𝐧𝐝⚠︎

1.0 ✞︎𝐁𝐚𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨𝐫𝐞✞︎

[Reader Pov]

Fuimos a un restaurante-cafetería y comimos allí mientras hablábamos de las novedades en nuestra vida, no nos veíamos desde que yo tenía 12 años, tenía mucho que contar, solo habíamos hablado por teléfono.

Will me animó cuando le conté lo de las familias, y yo solo fingí una pequeña sonrisa para no preocuparlo.

Al terminar de hablar pedí la cuenta y pagué, comer era más barato aquí, aunque de todas formas, el dinero no era un problema.

Volvimos a montar en su coche y el condujo hasta las oficinas de investigación del FBI. Estaba un poco nerviosa por ver a Jack, ya lo había visto antes, pero sé que era un hombre que preguntaba mucho.

Al llegar entramos y Will me guío hasta su despacho.

Toqué la puerta.

—Pase— escuché una voz grave y seria.

Will entró primero y yo entré después, cerrando la puerta detrás de mi.

Vi a dos personas sentadas al otro lado del escritorio, a una la reconocí enseguida.

—Hola, Alana— la saludé, dándole una pequeña sonrisa.

Alana pareció sorprenderse de que me supiera su nombre, tal vez no se acordaba de mi.

—Alana, ella es ____ Miller— dijo Will.

Alana pareció darse cuenta de quién era y me sonrió.

—Hacía muchísimo tiempo que no te veía— dijo, con voz suave.

—Sí, han estado pasando muchas cosas— mantuve mi pequeña sonrisa.

—Oh, ____— vi a Jack levantarse y dirigirse hacia mi.

Él me había conocido siendo muy joven, en ese entonces aún era una niña, y el aún era un agente.

Jack se acercó lo suficiente como para que yo me sintiera un poco incómoda, no tenía la suficiente confianza, pero aún así lo dejé acercarse.

Me dio un abrazo y yo tarde unos segundos en corresponderlo.

—Siento mucho lo que pasó con tu padre, era un buen tipo, de verdad, y siento lo que pasó con los demás— dijo, se notaba que decía la verdad.

Vi la confusión en la cara de Alana, y después me fijé en el hombre que había sentado junto a ella.

Iba en traje, y su pelo estaba perfectamente arreglado, su presencia era elegante e imponente a la vez.

—No pasa nada, pero tengo un regalo que mi padre iba a hacerte supongo que la siguiente navidad— saqué una caja de mi bolso y se la extendí —Ni siquiera he mirado lo que es, en 16 años esto ha estado totalmente sin tocar— dije, mirando como lo sostenía entre sus manos leyendo la pequeña carta que le dejo mi padre.

Después de leerla sonrió tristemente y abrió la caja, en ella había un reloj algo antiguo pero en perfecto estado, era de color dorado.

Jack pareció sorprenderse.

—Este reloj era carísimo, y ahora lo es más, es solo de coleccionista y puede valer más de 1 millón— dijo sorprendido.

—Bueno, es tuyo, mi padre iba a dartelo— dije.

Jack me agradeció y luego se volvió a sentar en su escritorio.

—Dra. Bloom, Dr. Lecter, ella es ____ Miller, es la hija de un antiguo compañero y la única superviviente de la tragedia conocida como "La masacre de España"— explico Jack —Su familia fue masacrada brutalmente y a ella la encontraron tirada en un bosque, ensangrentada y con múltiples heridas, y lo mismo pasó con cada familia que la cuidaba— dijo, sin ningún tipo de cuidado.

Dolía, pero no dejaba verlo.

Siempre me había encariñado mucho con los niños de las familias, yo siempre había sido de una familia numerosa, tenía varios hermanos, así que encariñarme con niños era muy fácil.

—Jack, deberías ser un poco más cuidadoso— dijo Will, mirándome.

Jack me miró, como dándome a comprender que podía decir si algo me molestaba o incomodaba.

—No pasa nada, podéis seguir hablando, han pasado 10 años— dije, sonriendo un poco, aunque no de verdad.

Casi ninguna de mis sonrisas era espontánea.

Vi al Dr. Lecter levantarse de la silla y acercarse a mi, extendiendo una mano.

—Soy el Doctor Hannibal Lecter— dijo, sonriendo levemente.

Yo le di la mano, y el pareció adquirir curiosidad al ver mis guantes, pero no dijo nada.

—Voy a llevar a ____ a su casa de nuevo, estará cansada— dijo Will, mirándonos.

—Un poco— le sonreí y me acerqué a él.

—Mañana empiezas en el FBI, tengo todas tus pruebas aquí— dijo Jack.

Yo asentí y me fui con Will.

Fuimos hasta su coche y el me llevó de nuevo a mi casa, nos despedimos y entré.

Fui a la cocina y me tomé un chupito de whisky solo. Después de tomármelo, me fui a la cama y me acosté sin siquiera cambiarme.

Empecé a pensar en todo, y poco a poco fui quedándome dormida.

Me desperté de golpe, otra pesadilla. Miré el reloj, las 6:38 a.m.

Me levanté y bajé a la cocina, me hice un café y comencé a tomármelo mientras miraba por la ventana a la gente que pasaba temprano.

—Que pereza me daría— me dije a mi misma mientras me terminaba el café.

Cuando lo acabé, lo dejé en el fregadero y enseguida recibí una llamada, era Will.

—Han encontrado un cuerpo, voy a por tí— dijo, y colgó.

Me vestí rápidamente con unos vaqueros anchos de campana y una blusa de manga larga, poniéndome una chaqueta encima, y por último unas botas negras.

Cuando Will llegó me metí a su coche y el condujo hasta una especie de prado.

Al acercarnos pude observar el cuerpo de una chica muerta y desnuda clavada en los cuernos de un ciervo.

—Parece que vuestro asesino es un artista— le dije a Will.

Él se quedó quieto, mirando el cuerpo.

Jack se nos acercó.

—El no es el asesino, es un imitador— dijo Will.

—¿Un imitador?— preguntó Jack.

—Sí, no coincide con las otras muertes de las chicas, nunca dejaba nada, este imitador ha expuesto el cuerpo, cosa que no había pasado con los demás— dijo Will.

—Quería demostrarle a el asesino que el lo hace mejor, ¿Verdad?— le pregunté a Will.

El solo me miró y asintió.

Volví a mirar el cadáver de la chica, y supongo que disocie, porque para cuando salí de mi trance, se había hecho más tarde.

—Señorita Miller, he pensado que dado que ninguna de sus terapias ha dado resultado, debería probar con la de mi amigo, el Dr. Lecter, necesito asegurarme de que esté completamente bien, quedarse una hora entera mirando un cadáver fijamente no es algo normal— dijo Jack —Tienes tu primera cita mañana a las 7 p.m— acabó por decir y me entrego una pequeña tarjeta con un número, una dirección y el nombre del Doctor.

Asentí, no valía la pena discutir, iría y así verían que estoy bien y me dejarían tranquila.

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