8.0 ✞︎𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚✞︎

349 47 3
                                    


[Reader Pov]

Caminé por un pasillo hasta la zona de la discoteca y entré. Hacía calor pero había una zona vigilada donde dejar la chaqueta, así que la dejé colgada en uno de los percheros.

Caminé entre la gente y comencé a bailar junto con un grupito. Uno de los chicos del grupo se me acercó mientras sus amigos lo miraban.

—Hola, nunca había visto a una belleza como tú por aquí, ¿Eres nueva en la ciudad?— preguntó, sonriendo coqueto.

—Pues un poco— respondí —¿Por qué lo dices?.

—Soy Arthur— se pegó más a mi —¿Cuál es tu nombre preciosa? ¿Puedo invitarte a una copa?— dijo mientras me cogía de la cintura y me llevaba hacia la barra.

—Claro, estaría encantada, y mi nombre es ____, un gusto— dije sonriendo inocentemente.

Conocía muy bien a este tipo de grupos, trataban de ligar con mujeres y luego llevárselas a la cama.

—Un whisky y un Ron-Cola por aquí— dijo el chico.

Mientras esperamos nuestras bebidas, Arthur me preguntó varias cosas sobre mí, como de donde era, si tenía novio, si conocía a gente aquí. Casi todas mis respuestas fueron mentiras, bueno, mentiras a medias, no mentía pero ocultaba información.

Una vez nos dieron nuestras bebidas me fijé en un acto de Arthur.

—Oh, se me ha caído el DNI, ¿Te importaría recogerlo, porfavor?— preguntó.

—Claro— sonreí y me agaché, pero pude ver de reojo como añadía un polvo blanco a mi bebida y lo mezclaba.

Recogí la tarjeta y se la devolví, volviendo a sentarme.

—Gracias— dijo —Y bueno, ¿A qué te dedicas?.

—Sigo estudiando— dije, mientras tomaba el vaso, hice un movimiento un poco brusco fingiendo que se me caía algo de la bebida encima —Oh, lo siento, soy muy torpe, ¿Podrías alcanzarme unas servilletas?.

—Claro, ahora vuelvo— dijo y lo vi acercarse a agarrar unas servilletas a la esquina de la barra.

Cuando estuvo de espaldas a mi aproveché para vaciar lo que quedaba en la basura, y cuando vi que se giraba, acerqué el vaso a mis labios simulando que me lo terminaba de beber.

—Aqui están las servilletas— dijo, y comenzó a limpiar mi escote.

—Jo, lo siento mucho, me he bebido lo que quedaba para no tirármelo más encima, es que me pongo muy nerviosa cuando hablo con chicos, y creo que ya debería irme a casa.

—Quedémonos un rato más y te llevo, tengo que avisar a mis amigos— dijo.

—¿Estás seguro? No quiero ser una molestia.

—Totalmente seguro, vamos— me agarró del brazo y comenzó a llevarme hacia donde estaban antes sus amigos —Bueno chicos, nosotros nos vamos, voy a dejarla en su casa.

—Démonos prisa, me encuentro un poco mal— dije, tocándome la cabeza, haciendo el teatro.

Se despidieron y nos fuimos fuera, luego me monté en su coche y me hice la dormida.
Lo escuché hablar por teléfono con alguien, y decía cosas como "Nos lo vamos a pasar bien" "La tengo drogada" "Tranquilo, está dormida".

Cuando dejó el teléfono abrí los ojos un poco, haciéndome la tonta.

—Arthur, ¿Cuándo llegamos? Me... Me encuentro un poco mal...— dije, fingiendo estar al borde del desmayo.

—Tranquila bonita, te habrá sentado mal la bebida, ya casi estamos— dijo, y vi como aparcó en un garaje y cerró la puerta.

—A-Arthur, esta no es mi casa...— salí del coche torpemente y fingí caerme al suelo —N-no puedo... Caminar.

Vi a unos chicos más salir por una puerta y sentí a Arthur levantarme para tirarme encima de un sofá sucio.

—Tranquila, vamos a pasarlo muy bien, se buena para nosotros bonita— se abalanzó sobre mí y comenzó a tratar de retirar mi chaqueta y mi vestido.

—N-no, d-dejame...— dije tratando de apartarlo, aún fingiendo.

Vi a los otros chicos acercarse, y cuando vi que cada uno se bajaba su cremallera, supe que era el momento.
Saqué mi teaser del bolso y le di a Arthur en el cuello con el, a la altura de la yugular.

Lo vi caer al suelo y me levanté mirando a los demás, eran tres, y no eran muy corpulentos, eran niñatos de apenas veintiuno que no habían madurado lo suficiente como para usar su cerebro.

Tomé al que tenía más cerca por el cabello y lo hice agacharse mientras le clavaba la rodilla en el cuello, dejándolo sin aire y viendo como su cuerpo caía al suelo.

Me acerqué a los otros dos, estaban en shock, se notaba que eran muy jóvenes por su poca capacidad de reacción. Le di un puñetazo en el rostro a uno de ellos, rompiéndole la nariz, y el otro trató de darme con una navaja, pero lo esquive y lo tomé del brazo, retorciéndolo hasta que la soltó.
Retorcí más su brazo, rompiéndolo con un movimiento rápido.

El chico gritó de dolor, pero le tapé la boca y comencé a estirar poco a poco de su cabeza hasta que hubo un crujido.
El cuerpo del chico se desvaneció entre mis brazos, cayendo muerto al suelo.
Tomé la navaja y le rajé la garganta al que había dejado sin respiración, al del cuello roto le abrí el abdomen de arriba a abajo, sacando sus órganos sin cuidado y metiendo algunos en su boca y otros en el cuello de su amiguito.

Saqué los corazones de los cuatro chicos y los coloque en fila sobre una mesa, haciendo un dibujo en la pared de un paisaje con dos mujeres bastante realista, utilizando la sangre de los chicos y poniendo más o menos capas depende de la tonalidad para hacer sombras.

Al terminar admiré mi obra de arte, el dibujo era de Artemisa disparando un cerdo para defender a la otra mujer, y escribí una frase al lado.

"Un cerdo es un cerdo, tenga la forma que tenga, yo los cazo y Artemis los castiga"

Con mi pintalabios rojo limpio, pinté un corazón en la pared y firmé con la palabra "dama". Después salí del garaje con todas mis cosas, cuidando no dejarme nada más que el pintalabios sin huellas y camine hasta mi casa.
Ya dentro tiré mi ropa a la lavadora, incluyendo mis guantes, y me dí una ducha caliente.
Me puse el pijama y me recosté en la cama, escribiendo antes un mensaje a Will.

"Te echo de menos <3"

Dejé mi teléfono en la mesita de noche y cerré los ojos, durmiéndome rápidamente.

A la mañana siguiente me despertó el sonido del teléfono. Sin pensarlo descolgué.

—¿Quién?— dije en un bostezo.

—Un cuerpo, estate lista en 5 minutos que voy a por ti— dijo Will y colgó.

—Me cago en tus muertos Will— dije sabiendo que no me escuchaba y que ya me había colgado la llamada.

Me vestí tan rápido como pude que incluso se me olvidó cambiarme de sujetador, iba a estar incómoda todo el día.
No me molesté en maquillarme, solo me cepillé un poco el cabello y me hice una coleta rápida y mal hecha.
No me apetecía ponerme las lentillas, así que me puse mis gafas y salí a esperar a Will.

︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎︎🝮︎︎︎︎︎︎

⚠︎𝐃𝐞𝐚𝐝 𝐄𝐧𝐝⚠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora