5.0 ✞︎𝐀𝐝𝐨𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧✞︎

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[Reader Pov]

Después de esa cena, Will me llevó a casa, iba a irse, pero le pregunté si podía quedarse conmigo, porque extrañaba los ratos con él.

Me respondió que sí, pero que antes pasaría a ponerle comida a sus perritos, así que me ofrecí a acompañarlo.

Una vez llegamos a su casa, él salió primero y fue a abrir la puerta mientras yo salía del coche.
Enseguida comenzaron a salir todos los perritos y vinieron a olfatearme para saber quién era.

En cuanto terminaron de olfatearme comenzaron a restregarse y yo me agaché para acariciarlos y estar más cerquita.

Miré a Will de reojo, que sonreía mientras me miraba jugar con los perros.

—Voy a ponerles comida, ahora vuelvo— dijo mientras entraba a la casa.

Yo seguí jugando y acariciando a los perritos mientras les decía cosas bonitas.

Amaba a los animales, y los perritos no eran la excepción. Nunca pude tener animales en casa, así que crecí deseando uno.

Tenía un gatito hasta hace nada, se llamaba Inku, pero falleció porque estaba enfermo.

Dejé de pensar en cosas tristes y seguí dándoles mimos a los perritos hasta que Will los llamó con un silbido.

Todos los perritos entraron a la casa y vi a Will salir y cerrar la puerta poco después.

—Ya está, podemos irnos— dijo, y volvió a entrar al coche.

Yo entré también y me abroché el cinturón.

Estábamos en silencio hasta que se me ocurrió algo. Saqué de mi bolso una cinta y la introduje en el reproductor del coche.

Empezó a sonar "Don't stop me now" de Queen, y miré a Will sonriendo.

Amábamos esta canción desde que éramos más jóvenes, era nuestra canción.

Enseguida y sin darnos cuenta la estábamos cantando a todo volumen.

Yo tenía una mano en puño delante de mi boca para simular estar cogiendo un micrófono, y hacia movimientos con el cuerpo como si estuviera cantandola en un escenario.

Mientras tanto Will movía la cabeza de arriba a abajo mientras cantaba.

Al terminar la canción, los dos respiramos agitados tratando de recuperar el aliento, mientras se reproducía "Killer Queen" de Queen.

Lo miré sonriendo, y cuando terminó de aparcar, también me dedico una mirada y una sonrisa a mí.

—Estos momentos deberían ser eternos, los echaba de menos— dije, sonriendo.

—Yo también, sobre todo me vienen bien ahora— respondió.

—Ven, vamos a entrar y me cuentas todo— le dije acariciando un poco su mejilla.

Salimos del coche y entramos a mi casa, aliviandonos por el calorcito que hacia dentro.

De todas formas encendí la chimenea para colocarnos en uno sillón delante de esta.

Preparé unos cafés calientes y le di uno a Will, quién ya se encontraba sentado en el sillón, y me senté a su lado.

Will comenzó a contarme todo lo que había pasado mientras nos tomábamos los cafés.

—Osea, él sabía que te afectó la primera vez, y aún así te ha manipulado para que vuelvas al equipo, ¿Y ahora se está quejando porque te ha vuelto a afectar? Jack es un idiota de verdad, no se entiende ni a él mismo— dije enojada.

—Me dicen que soy inestable... He matado al padre de una niña esta mañana, pero él casi la mata degollándola— dijo —He matado a alguien, y lo peor es que lo volvería a hacer...

—Te entiendo... Yo también maté a alguien una vez, y lo haría una y otra vez si fuera necesario— dije mientras colocaba una de mis manos sobre la suya, él me miró atento —Fue mi primera experiencia cerca de la muerte que yo recuerde... Era un hombre que buscaba venganza de mi padre, y vino a pagarlo con nosotros. Cuando salía del colegio con mis hermanos, casi siempre íbamos por un camino que pasaba por un parque con bastantes árboles. Él nos esperó allí... Nos atacó cuando pasábamos cerca y yo me puse en medio para que mis hermanos no salieran lastimados— lo miré, revisando si seguía escuchándome, el asintió, así que seguí hablando —Me clavó el cuchillo en el hombro y me tiró al suelo. Mis hermanos se escondieron llorando, y al escucharlos llorar de esa manera, algo en mi se encendió... Sentí que tenía que protegerlos a toda costa, en un ataque de adrenalina le clavé los dedos en los ojos, perforándolos mientras me lo quitaba de encima, pero no me bastó con eso. Me saqué el cuchillo del hombro y se lo clavé repetidas veces en la cara hasta dejarlo irreconocible. En ese momento no escuchaba nada, todo está borroso en mi mente, excepto las imágenes de el muriendo mientras gritaba cada vez que clavaba el cuchillo, el cuál aún conservo.

Me levanté y saqué una caja de madera, la abrí y saqué un cuchillo de caza de dentro.

—Mis hermanos no dijeron nada, para ellos era su heroína, y la policía nunca me pilló, era una niña helada como un tempano de hielo— acabé por decir.

—Me sorprende que siendo un cuchillo de caza no lloraras por el dolor o te desangraras— me dijo mientras señalaba el cuchillo.

—La adrenalina y el instinto protector hacen cosas increíbles, en ese momento no sentí dolor, solo molestia, pero cuando se me pasó, quería arrancarme el brazo— respondí riendo mientras volvía a guardar el cuchillo —¿Te apetece un maratón?

Will asintió y fue al sofá grande que había delante de una televisión mientras yo puse una cinta con muchas películas.

Él se sentó medio recostado a lo largo del sofá y abrió las piernas dejando un hueco en el que me senté para apoyarme en su pecho.

Coloqué una manta sobre nosotros y le pasé el mando, él me rodeó con sus brazos y puso las películas.

Estábamos viendo una de las películas hasta que me dio un beso en la cabeza.

—¿Y eso?— pregunté, riendo.

—¿Sabes que te adoro?— preguntó Will.

—Claro, es imposible no adorarme— dije bromeando y me incorporé mirándolo —Ahora enserio, ¿Qué pasa?

Will no dijo nada, solo apoyó la cabeza sobre uno de mis hombros y dejó un beso en mi cuello, haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Me sonrojé completamente.

—Will, cariño, ¿Te has pasado bebiendo?— pregunté.

—No, estoy bien— noté su aliento en el cuello y su voz grave en el oído.

Dejó otro beso en mi cuello y no pude soportarlo más, así que lo aparté.

—Necesito saber que pasa, no quiero ilusionarme— dije, mirándolo.

—Os he visto a Hannibal y a ti en la cocina antes, y quiero que sepas que te adoro, muchísimo— volvió a acercarme a él y yo me dejé.

Comenzó a dejar besos por mi cuello y mejillas, y algunos cortitos sobre mis labios.

¿Y yo? Yo me dedicaba a dejarme mientras me derretía de amor por el hombre tan sexy y fuerte a la vez que tierno y cuidadoso que tenía delante.

Acariciaba su espalda y su cabello, enredando mis dedos en él de vez en cuando.

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⚠︎𝐃𝐞𝐚𝐝 𝐄𝐧𝐝⚠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora