Inesperado
Me encontraba estudiando de nueva cuenta el nuevo idioma y la escritura de este maldito mundo, me percate que, aunque yo los entendía perfectamente y ellos a mí, no hablabamos el mismo idioma. Sus libros de texto y escritos estaban en otro dialecto y era muy difícil de entender pues ni siquiera parecían vocales lo que ellos usaban.
¿Alguien ha visto la escritura rusa u oriental?
Esas madres están difíciles de aprender y más para un hispano inculto como yo que ni siquiera se había tomado la molestia de aprender inglés en la escuela por el grado de flojera que me dió en su momento, ahora sentía que estaba pagando por toda la pereza que demostré en mi vida en la tierra.
Dios... a mi edad ponerme a estudiar como un chiquillo me molestaba y aburría pero debía hacerlo sí quería sobrevivir aquí ya que mi fuerza física no significaba nada por lo que debía hacer lo que nunca había hecho en serio. Estudiar para ganar más conocimientos y lograr salir de aquí.
Bleiz Volk Yayahuic estos días había estado muy ocupado, saliendo más seguido y me dejaba solo, me preocupaba que este hombre mitad bestia dejará a un desconocido como yo en su casa es decir: yo no iba a robarle pero me suponía que su bondad iba a traerle problemas tarde que temprano.
Cansado de revisar libros e incluso sintiéndome mareado por estar estudiando tanto decidí salir a tomar un poco el sol y respirar aire limpio. Camine un rato hacía el bosque y di una mirada al cielo mientras tomaba asiento en el árbol más alejado de la tribu; aunque los Hekas era una pequeñísima comunidad de a lo mucho veinte personas sin contar a los escasos niños que tenían siempre estaban ocupados en algo. Eran amables no puedo negarlo pero algo dentro de mí me decía que tenían cierta aversión hacía mí. Ya fuese por sus sonrisas falsas o la mirada resentida que me lanzaban, sabía yo que no era del todo bienvenido con los Hekas.
¿Por qué había llegado a este mundo?
¿Por qué precisamente yo y no otra persona?
¿Tenía que ser yo forzosamente?
Una suave brisa acarició mi cabello teniendo tantas incógnitas en mi cabeza, cerre mis ojos tratando de no pensar y escuche la voz de una mujer no muy lejos de mí discutir con alguien que tenia la misma voz que mi buen amigo Volk.
- No es seguro. Es que entiende Yayahuic, pese al escudo que nos aguarda y protege de los fanáticos de dragones y su gente no estamos a salvo - la mujer se escuchaba molesta.
Intente buscar de donde provenía la voz, si iban o venían esos dos pero ambos estaban hablando frente a un pequeño y diminuto charco de agua que brillaba de plateado. No me asome mucho y me mantuve de incógnito.
- Si seguimos moviéndonos no nos atraparan - Bleiz movía el agua con una especie de rama.
- Esos malditos buscadores han atrapado a dos caravanas de Hekas buscando a tu indeseable invitado. Los cuatro malditos reinos lo están buscando y pidiendo informes de su paradero - ella cortaba lo que parecían cerezas rosas y Bleiz arrugó el entrecejo preocupado - ¡Yayahuic hoy en la mañana los soldados del país del norte nos han detenido a mi padre y a mi antes de entrar a la ciudad para preguntarnos por tú invitado! Nos han dado esto... - la mujer morena y de cabellos rubios trenzados dejó su cuchillo y la fruta a un lado para sacar de su bolso un pedazo de papel para enseñárselo a mi amigo.
Bleiz desdoblo la hoja de papel para verla preocupado, lo que fuese que había en ella no le había gustado.
- Es mucho dinero, es incluso exagerado. Me atrevo a decir que es una trampa con todo eso podrías comprar hasta tres castillos - murmuro Volk devolviendo el pedazo de papel a la desconocida rubia.
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¡Desperte en el peor BL magico del mundo!
RandomAquiles Bedolla es un excelente agente ministerial, honesto, eficaz y con un alto grado de responsabilidad sin embargo un día es traicionado por su compañero y asesinado o eso es lo que él piensa pues cuando despierta descubre que esta en un mágico...