Tan feliz soy
en el día de hoy
que miedo tengo
a esta vida mía,
pues cuando feliz soy,
malas noticias
se avecinan.
Tan feliz soy
en el día de hoy
que lloro de alegría
porque tú apareciste
en mi aburrida vida,
porque tú mis días alegras.
Me enseñaste
tantas cosas
que me siento
muy agradecida.
A volar me enseñaste,
a amarte
me enseñaste,
a brillar
me enseñaste,
a soñar despierta
me enseñaste…
Y es que
eres como un sueño
del que despertar
yo no quiero;
eres como una canción
que parar de escuchar
yo no puedo;
eres como una estrella
que, con su luz,
guía mi camino;
eres como un ángel
que no quiero que
desaparezca de mi senda;
eres como
un caramelo de fresa
que dejar de saborearlo,
yo no puedo;
eres Ia obra de arte
que nunca nadie
llegó a completar.
Y así eres:
demasiado dulce,
demasiado bueno,
demasiado brillante,
demasiado lindo.
Nunca esperé
encontrarme a alguien como tú,
a alguien que te quiere
tal y como eres,
a alguien que
bonitas sorpresas te da
y sonrisas te dibuja,
a alguien que
te respeta y te apoya.
Es por eso que gracias
por, en mi vida, entrar;
gracias por ser como eres
y a mi lado, estar;
gracias por confiar en mí
y hacer que yo confíe en ti,
gracias por escuchar
todo lo que digo,
gracias por quererme
tal y como soy,
gracias por todo.
