Tú, con la mirada perdida;
yo, con perfume de melocotón,
me acerco a ti y nos miramos
a los ojos fijamente.
Intento leer tus pensamientos,
intentas leer los míos
como si dos psíquicos locos
nosotros fuéramos.
“-Lo siento” digo sin pensar,
no sé por qué me eché
colonia con olor a melocotón,
aun sabiendo que no te gusta.
Mis manos me coges,
a ti me acercas,
tus brazos mi espalda rodea;
y al oído me susurras:
“-No pasa nada, tranquila”.
Abrazados por un rato,
a caminar empezamos,
la mano me coges
mientras paseamos.
Un husky muy bonito
por el camino, vemos.
Un husky con pelo blanco
y bonitos ojos azules.
Un husky dramático
que quiere cazar
las grises palomas
que en el césped están.
Ladra y ladra,
ladra sin parar;
a las palomas quiere espantar,
pero no logra conseguirlo.
Aúlla y aúlla,
aúlla sin parar,
porque no le dejan
sus humildes dueños
suelto y libre estar.
Ante esa situación,
pienso que en un husky
yo me parezco;
pues cuando los problemas llegan
y las malas noticias se avecinan,
pues cuando algo fuertemente yo deseo,
demasiado dramática
puedo yo llegar a ser.
Y es que mi amor por ti
es demasiado fuerte.
Si algún día me dejas
seré como un dramático husky
aullando tristemente
que su dueño ha abandonado.
