GATE: La Última Oportunidad.

Capitulo 2: Eliminación de sobrevivientes.

(Nota del autor: Este capítulo no es tan importante en la trama. Solamente lo cree inspirado en la animación de TheParryGod, y mostrar sobre que sucedió con los imperiales que lograron esconderse antes de la rendición.)

Ubicación: La Tierra, en las afueras de Ciudad 17.

En las descuidadas afueras de Ciudad 17, un manto plomizo de nubes opacas cubría el firmamento del cielo, bloqueando por completo los débiles rayos del sol naciente. A través del serpenteante camino de tierra, bordeado de maleza descuidada y arbustos marchitos, avanzaba a un ritmo constante un vehículo blindado de las fuerzas de ocupación.

El APC, uno de los tantos utilizados por las guarniciones terrestres para patrullar las zonas periféricas, se desplazaba por el camino polvoriento con un leve traqueteo metálico. Las ruedas reforzadas trituraban sin piedad las piedras y la tierra suelta bajo su peso imponente, dejando un rastro de polvorientas huellas a su paso.

En el interior del transporte acorazado, la atmósfera era de rutina. Dos agentes de Protección Civil ocupaban la parte trasera. Uno de ellos, con el nombre de Dimitri bordado en su uniforme, mantenía su subfusil empuñado firmemente entre sus manos enguantadas, los dedos tensos alrededor del guardamonte. Su compañero, Vasili, se encontraba aparentemente relajado, utilizando su teléfono mientras sus botas golpeteaban con impaciencia el suelo metálico.

"Oye Vasili, ¿crees que hoy nos toque hacer alguna redada interesante?" comentó Dimitri, rompiendo el silencio con un tono despreocupado mientras su máscara de gas distorsionaba ligeramente su voz.

Vasili levantó la vista del pequeño dispositivo y se encogió de hombros, el gesto apenas visible bajo su uniforme antibalas. "¡JA! Ni idea amigo. Aunque con nuestra puta suerte, probablemente terminemos persiguiendo vagabundos otra vez." Respondió con desdén, sacudiendo la cabeza dentro de su máscara.

"No me lo recuerdes." Dimitri soltó una risa amarga que resonó como un graznido distorsionado a través del codificador de voz. "La última vez, ese viejo loco casi me arranca un ojo con su jodida muleta."

Mientras los dos oficiales de la ley continuaban su charla casual, una imponente figura de más de dos metros de altura permanecía de pie junto a ellos, impasible como una estatua de acero. El Wallhammer, equipado con su armadura pesada y máscara de gas con lentes polarizados en un frío tono azulado, no mostraba signos de emoción o distracción alguna. Seguía mirando al frente con una inexpresividad inquebrantable, ajeno por completo a las conversaciones de los agentes de Protección Civil.

La metrocop femenina al volante del vehículo blindado mantenía la vista fija en el camino, ignorando las voces distorsionadas que provenían de la parte trasera. Sus manos enguantadas se aferraban con firmeza al volante mientras el APC avanzaba a través del paisaje desolado de las afueras de Ciudad 17, dejando una estela de polvo a su paso.

"¿Y tú qué opinas Yelena?" la voz de Vasili se elevó desde atrás. "¿Crees que al fin nos dejarán divertirnos un poco hoy?"

Yelena permaneció en silencio unos instantes, sus ojos fijos en la carretera mientras una mueca de disgusto se formaba debajo de su máscara. Finalmente, con un suspiro exasperado, respondió sin apartar la vista del camino.

"Cierra la boca Vasili. Ambos saben que no tengo una puta idea de lo que nos espera hoy. Así que mejor cállense de una vez antes de que me arrepienta de traer sus traseros conmigo."

Un breve silencio incómodo se instaló en el compartimento trasero mientras Dimitri y Vasili intercambiaban miradas tras sus máscaras. Luego, como si nada hubiera pasado, reanudaron su charla casual sobre los últimos rumores que circulaban en las barracas, sus voces distorsionadas mezclándose con el traqueteo del vehículo blindado.