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La frialdad del mañana

— 17 de noviembre, palacio Hae . . .

Esa oscura noche estaba bastante helada, Hee parecía más tensa de lo habitual, tenía una carta en la mano y estaba temblando

« Ese maldito imbécil, debe matarlo... »

Hee empezó a redactar una carta bastante agresiva y la tinta que manchaba el fino papel empezó a  traspasar con sus finos trazos la hoja, luego de que se secara y el tener la carta redactada decidió tomarla en manos y empezar a caminar lentamente, Shulks apareció con un comunicado y miró a Hee de fondo
— Necesito que te quedes, que no salgas por el momento —
— ¿Y eso por qué? —
— Es una orden directa del reino vecino, en Vasileiou me han pedido que no dejemos a nadie salir y confío en esa orden —
— ¿Y eso por qué? No sabemos si son de confianza, todo allí es sumamente extraño y no me voy a fiar, deberías dejar de confiar y echarles un vistazo, hay información que no conocemos de ellos y su historial es sucio —
Shulks quedó en silencio y miró a Hee con duda; ¿Qué estaba tratando de decirle? ¿Siquiera tenía pruebas para ello? Digo, Fozca había mandado la petición con Fun, ellos eran aliados, ellos ayudaron en ese momento difícil,  tenían apoyo científico y militar... ¿Había que desconfiar de sus intenciones? Y si ese era el caso... ¿Qué querían? Shulks estuvo mucho tiempo pensando en eso y al fijarse Hee no estaba
— ¿Qué carajos? —
Eso había sido extraño, ahora habían más dudas en su cabeza
« No puedo decir que Vasileiou sea un lugar peligroso, bueno, lo es, sin embargo... Nos dieron ayuda, ¿Por qué ocultar información? »

En el palacio Vasileiou Fun, Cineva y el nuevo chico trabajaban arduamente mientras Sharon miraba todo de fondo, era como una especie de sirvienta ahora, al fallar con su misión solo pudo ser relegada a un puesto de trabajo manual por ordenes de Megi, la cual estaba decepcionada totalmente, Sharon aprovecho que todos estaban ocupados para poder irse, la puerta se abrió de golpe e Ipo llegó con un abrigo
— Justo a tiempo —
Dijo Megi para así verle
— has hecho un buen trabajo, llevar a Xime a Hae, también pudiste llevarte a Fresa pero... Ella quiso quedarse un rato —
— Le entregué la carta a Shulks, cómo me lo pidieron —
— Muchísimas gracias, ahora quédate aquí, Fozca te estaba esperando en el gran salón —
Dijo para así irse del lugar, dejando a Ipo solo, Sharon le quedó viendo y se escondió apenada, ella sólo quería ver a Megi nada más, Sharon llegó al salón de juntas y vió a las dos chicas sentadas hablando
— Has llegado sumamente lejos, Fresis —
— Eres la única que se toma la molestia de llamarme así —
— Es de cariño —
Sharon estaba en el borde de la puerta escuchando la conversación hasta que escuchó unos pasos y trató de esconder, sin embargo fue en vano, Lein le vió y Sharon simplemente se hizo la tonta
— Iba a preguntar algo nada más... Me dió vergüenza y quedé aquí.. —
Lein le ignoró y entró a la habitación con una bandeja con té caliente y galletitas de trigo
— Me han mandado un comunicado importante Reina, la cosecha ha bajado muchísimo y parece que no hay suficientes suministros —
Megi sonrió y miró las galletas, se sentía ligeramente diferente comiendo ahora
— Haré una junta con Fun mañana, en Hae no deben darse cuenta de eso, son asuntos internos —
Fresa le miró y luego tomó la galleta para así beber el té
— Espero que Shulks tome el mensaje —
Fresa miró a Megi y con un rostro neutral se dirigió a ella
— Respecto a lo que Fun ha descubierto no hay dudas, por el momento no podemos salir... Y yo sigo sin saber la verdad —
Lein miró a todos lados y decidió acercarse a la reina para susurrar
« El código, los análisis, nos verán cómo los villanos »
Pensó fresa mientras veía a esos dos, de la nada la chica notó el rostro de Megi, tenía una pizca de odio y rencor, ella se levantó y se acercó a fresa

« Este lugar no es seguro »

Hee ahora estaba en las afueras del palacio, buscando a alguien que pudiera entregar la carta... Debía llegar al reino Vasileiou o mínimo darle la carta a un mensajero de confianza, en su camino se dió cuenta de algo, leyó su propia carta y la rompió, ella... Debía hablar entre voces, así no habría prueba alguna del delito