♡⸝⸝ troisième

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⏤¡ESTOY BIEN, JODER!⏤ gritó Iván haciendo que su esposa diera un brinco en su lugar⏤

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⏤¡ESTOY BIEN, JODER!⏤ gritó Iván haciendo que su esposa diera un brinco en su lugar⏤. ¡Llevas preguntando lo mismo desde ayer!⏤ exclamó frustrado.

Con la respiración errática y el corazón palpitándole desbocadamente, Raúl dejó caer los cubiertos sobre el plato creado un estruendoso sonido que volvió a sobresaltar a la mujer quien no daba crédito ante el comportamiento de su esposo, únicamente deseaba saber su estado de ánimo pero sus intenciones no fueron recibidas.

⏤Cálmate, cariño. Yo solo deseaba saber que estás bien pues de ayer estás un poco extraño, pareces ausente⏤ explicó la mujer con calma⏤. No es algo por lo que debas alterarte.

En cierta forma su esposa tenía razón, pero Iván se negaba a aceptarlo en voz alta. Se negaba a aceptar varios hechos y entre ellos estaban todas las sensaciones placenteras que el día anterior experimentó en su consulta. Y era ello lo que lo mantenía ausente de la realidad. Soltando un pequeño profundo suspiro, Iván se levantó de la mesa y disculpándose con su esposa se encaminó hasta el pequeño despacho del departamento donde se encerró.

En la soledad de su despacho Iván se atrevió a recrear las sensaciones del día anterior. Cerrando los ojos le dio libre albedrío a sus recuerdos, aquellos recuerdos que había suprimido durante tantas horas.

El recuerdo de la gruesa voz del doctor Carrera cerca de su oído le envió un escalofrío que le recorrió por todo el cuerpo, haciéndolo suspirar. Sin embargo cuando el recuerdo de aquellos largos dedos completamente lubricador introduciéndose en su entrada anal, Iván tuvo que contener el gemido que se había formado en su garganta.

Las duras penetraciones que aquellos dedos le brindaban había llevado a Buhaje a una molesta erección, obligándolo casi por inercia a comenzar a tocarse para liberar la frustración que se había acumulado en su entrepierna. Las leves caricias a su pene sobre la tela de su pantalón iban acompañadas de los recuerdos e fantasías con el doctor Carrera. Conforme iban pasando los segundos las leves caricias comenzaron a no ser suficiente así que sin pudor algo y completamente cegado por su fantasía Buhaje aumentó la presión de sus caricias, pero no eran suficientes.

Completamente desesperado por satisfacer su necesidad Iván desabrochó y bajó la cremallera de su pantalón de vestir, y posteriormente bajar un poco la tela de su ropa interior dejando al aire libre su grueso y erecto pene, entre jadeos la tomó entre sus manos y sin perder tiempo comenzó un trabajo manual rudo y lento que solo le recordaba a la actitud del Doctor Carrera.

Jadeos y sonidos lascivos provocados por su movimiento sobre su miembro inundaban el despacho de Buhaje a tal forma que solo lograban excitar más al hombre. Cuando los espasmos que anunciaban un potente comenzaron a formarse en el, la puerta del despacho fue absurdamente abierta, provocando que Iván diera un salto en su lugar y dejara su trabajo manual. Con el corazón latiéndole desbocadamente Iván llevó su vista hasta la puerta donde se encontraba su esposa.

𝖳𝗛𝖤 𝗨𝖱𝗢𝖫𝗢𝖦𝗜𝖲𝗧 ᐟᐟ☆ ᵃᵈᵃᵖᵗ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora