No te Vayas/ Don't go.

No te vayas.

Permanecieron así durante mucho tiempo, el rostro de Catra metido en el hombro de Adora, Adora acunando suavemente la cabeza de Catra. Adora tuvo cuidado de no abrazar a Catra demasiado fuerte o hacer que se sienta restringida, anticipando el momento en que Catra comenzara a alejarse, pero Catra no lo hace. Se aferró con tanta fuerza que dolía, sus garras se clavaban a través de la chaqueta de Adora y en su espalda, aferrándose a ella como lo hacía cuando era una gatita y no sabía cuánto podían doler sus garras. Adora trataba de no estremecerse, trataba de no mover un solo músculo, preocupada de que si lo hacía, el hechizo se rompería y Catra luchara por escapar, horrorizada por haber mostrado debilidad.

Pero Catra no la soltó. Y Adora tampoco.

En algún momento, Glimmer y Bow se escabulleron para darles su privacidad: Adora era vagamente consciente de que entraban y salían de la habitación, teniendo conversaciones en voz baja con Entrapta. Finalmente, Bow se acercó y se agachó junto a Adora.

"Limpiamos las cajas en el calabozo y pusimos una cama", dijo, lo más bajo posible. "¿Quieres intentar mover a Catra allí?"

Adora se estremeció un poco cuando lo llamó 'calabozo' (no quería que Catra se sintiera como una prisionera), pero también sabía que era más o menos igual que todas las demás habitaciones de la nave, y era cálido, oscuro y privado.. Catra estaría cómoda allí.

Si Catra escuchó a Bow, no lo demostró. Adora le dió a Bow un ligero asentimiento, luego se movió con cautela para devolverle algo de vida a sus piernas que se habían quedado dormidas hace mucho tiempo. "¿Oye, Catra?" susurró, lo más suavemente posible. Catra no respondió ni se movió. Adora casi se pregunta si se había quedado dormida, excepto que su agarre sobre Adora no se había relajado en absoluto. Adora vuelve a intentarlo. "Catra", respira. "Bow y Glimmer prepararon una cama para ti. ¿Quieres ir allí para que puedas descansar?"

Durante un largo momento, Catra seguía sin responder; luego, finalmente, Adora sintió que asentía con la cabeza en el hueco de su cuello. "Está bien", susurró Catra, amortiguada por la tela de la chaqueta de Adora. Pero ella todavía no se movía, y sus brazos todavía no se aflojaban. Adora le dió un momento y luego decidió hacerse cargo. "Te voy a cargar, ¿de acuerdo?" dijo, pasando una mano suavemente por la parte posterior de la cabeza de Catra en un intento de despertarla. La única respuesta de Catra es otro leve asentimiento en su hombro.

"¿Necesitas una mano?" dijo Bow, pero Adora niega con la cabeza. "La tengo". Con cuidado, movió a Catra en sus brazos, deslizando un brazo detrás de las rodillas de Catra y el otro alrededor de la parte baja de su espalda. Catra todavía no la soltaba. Su cabeza permanecía enterrada en el hombro de Adora, como si fuera el último lugar seguro del mundo.

Adora levantó a Catra tan suavemente como podía, tambaleándose un poco sobre sus piernas entumecidas mientras se ponía de pie. Era más difícil de lo que esperaba: sus extremidades estaban debilitadas por el dolor profundo y ardiente que había llegado a entender como un efecto secundario de los poderes curativos de She-Ra. Su piel siempre volvía a sanar por completo, sus heridas desaparecían sin dejar rastro, incluso después de las batallas más duras, pero siempre podía sentir un fantasma sordo de ellas pesando sobre sus huesos. A veces, pensaba que sería más fácil si se quedaran en su piel..

Bow se quedaba cerca, listo para ayudar si era necesario, pero Adora se puso de pie y obstinadamente agarró a Catra contra su pecho mientras pasaba tambaleándose junto a él.

El calabozo estaba oscuro, pero débilmente iluminado por el suave resplandor de la tecnología de los Primeros que decoraba la pared. Era la habitación más pequeña del barco, pero Adora pensó que eso era algo bueno: se sentía acogedor, seguro. Ella bajó a Catra sobre la cama, sus músculos gritaban, señalando a Bow para que se aleje una vez que lo logró. Retrocedió respetuosamente fuera de la habitación y cerró la puerta.