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Katsuki no podía esperar más, ya sabía dónde estaba lo que más quiere en todo el mundo, por más que hace años atrás creía que se lo habían arrebatado, ahora en muy poco tiempo iba a estar a su lado otra vez.

No sabe dónde exactamente vive, pero lo buscaría en cada casa, hasta de bajo de las piedras del cielo con tal de tenerlo a su lado.

Y llegó, justamente en los límites del cielo, no es la única entrada, de hecho hay más, pero solo había una la cuál no es transitada, de hecho parece ser que se han olvidado de ella.

La entrada del bosque, en el tiempo que el era La Mano Derecha de Dios, está entrada la utilizaban los Ángeles como las demás, pero al parecer con el paso del tiempo fue olvidada, y la naturaleza tomo lo que le pertenece, era una forma de entrar y salir sin ser visto por los soldados que hacen su guardia nocturna.

Era ahora o nunca, no necesitaba volar, ya que si lo hacía iba a ser visto. Aprovechar la oscuridad, los árboles y los arbustos que hay en el bosque, se podía esconder muy bien y pasar desapercibido.

Sin perder mucho tiempo empezó a caminar, aunque nadie se lo esperaba el bosque es demasiado grande, sabía que había una casa algo cerca del bosque.

¿Qué cómo lo sabe? Porque esa casa, era su casa cuando estaba en el cielo, no le gustaba mucho convivir con los demás Ángeles que no fuesen sus amigos, por eso su casa está aislada de los demás.

Si esa casa seguía intacta, podía buscar algunas cosas que le ayudarán para poder buscar a ese pecoso de cabello verde, según lo que de dijo Yagi por su apariencia física.

Ya había caminado un buen rato, parecía que el camino era eterno, y el silencio que daba la noche, junto con los sonidos de algunos grillos que cantaban su melodía favorita, todo fue interrumpido por un grito desgarrador, algo que puso al cenizo alerta.

Se quedó en silencio tratando de escuchar bien, pensando que pudo a ver sido su imaginación y su mente le estaba jugando una mala pasada.
Sin escuchar más, siguió su camino, de seguro si era su imaginación.

Siguió caminando tranquilamente, durante unos minutos más, a paso rápido por llegar hasta que...

- ¡HE DICHO QUE TE CALLES! -

Reconocería esa voz en cualquier lado del puto mundo, cielo e infierno, por el grito que se escuchó paro en seco, y había dos cosas:

1. Estaba cerca, ya casi llegaba.

2. ¿A quién le gritaba tan enojado?.

Y

3. ¿Qué estaba pasando?.

Bueno si eran dos cosas pero al último momento la tercera se agregó, aún así, Katsuki no quería moverse, sentía que si daba un paso en falso, All For One se iba a dar cuenta, no es idiota y también llegaría a la conclusión de manera rápida a qué venía aquí realmente y está vez si le arrebate aquello que siempre anheló.

Se quedó parado unos minutos debatiéndose si avanzar o no, hasta que recordó el porque estaba ahí, así que empezó a avanzar.

Escuchaba algo, cómo si fuesen aplausos a medida que avanzaba, poco a poco empezaba a reconocer el sonido, no eran aplausos, más bien, era el sonido que ya había escuchado muchas veces.

Dos personas teniendo sexo, aunque la lujuria es un pecado, a él no le agradaba eso, el prefiere que el sexo se haga con amor, no con miserias de porquería que eran los humanos.

Cuando ya estaba a punto de llegar a las orillas del bosque los "aplausos" cesaron, así que ya iba a asomarse a ver si esos Ángeles puercos se iban de ahí.

LUZ Y OSCURIDAD [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora