Miss G.
Estaba destrozada por lo que ocurrió. En mi cabeza solo circulaba la imagen de aquel cuerpecito, inerte y pálido. Me encerré en mi habitación, mi ojos estaban cansados de tanto llorar pero era imposible dejar de hacerlo. Quería terminar con mi vida en ese instante pero algo me lo detenía.
Escuché el roce de los metales de unas llaves. La puerta se abrió y mi esposo entró. Él era el único que tenía acceso a mi habitación. Sentí como rápidamente se acercó a mi y me tomó de la mano. Con su otro brazo palmeó mi espalda. Después sentí como pasaba sus manos por debajo de mis piernas y me elevó en sus brazos.
Quería dejarlo salir. Tampoco me agradaba el hecho de ocultarle cosas a mi propio esposo. En sus ojos se reflejaba una tristeza indescriptible, pero también veía decepción, él tenía algo más en su cabeza, él no solo pensaba en mi. Finalmente, él terminó con el silencio entre nosotros.
— Hay algo que debes decirme. Algo te está rompiendo, algo me ocultas..—Captó mi atención— Porqué lloras?
— Perdón...perdón.. —solo podía pronunciar eso. Estaba tan arrepentida— N-no quería hacerlo.
Él me lanzó una mirada profunda, pero me daba calma, me refugié en su pecho y traté de tranquilizarme.
— Qué te hace sentir tan culpable? Es por lo que haces en la oscuridad? A dónde vas todas las noches? ...cariño— Oh no. Él me descubrió.— Anoche saliste de casa. Te vi, llevabas un bonito vestido de seda, te veías hermosa. Pero no me mostraste ese vestido. De hecho saliste muy cautelosamente. A dónde fuiste?
Mi corazón empezó a palpitar de la manera más rápida y fuerte posible. Comencé a sentir que el aire me faltaba. Tan solo pensar en lo que él debería estar imaginando de mi me hizo soltar una lágrima y luego otra, y luego más, y más. Él seguía esperando por una respuesta, pero cuando vi que cambió su semblante a uno más serio supe que era el momento. Era el momento de contarle toda la verdad.
Había un nudo en mi garganta. Él me sentó en la cama, se dio la vuelta al ver que no le tenía una clara respuesta, él estaba a punto de llegar al marco de la puerta cuando logré decir una palabra.
— L-Levigne... —chillé nerviosa y gracias a Júpiter él se detuvo. Me miró de reojo— ...el hijo de Jane..
Se sorprendió de lo que escuchó. Definitivamente él no creía que lograría articular esas palabras. No esperaba que el menor fuera mencionado por mis labios en forma de excusa.
— Qué tiene que ver ese pobre niño en esto..?
— No. No es él. Lo que pasa es que yo....
No sabía como decirlo. Mis pulmones no tomaban el aire suficiente para terminar una frase. Tomé una bocanada rápidamente y lo dejé salir.
— 𐤅O COCINO EN UNA CASA CANIBAL —
Oh Dios. Que bien se sintió dejarlo salir.
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C O N T I N U A R Á
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Willow's Bakery: CANNIBAL HOUSE º -addam-addam-
De TodoCuando la pasteleria de Miss Guns, una lider criminal , queda en quiebra, hasta los mas oscuros y retorcidos caminos son una luz en el barandal. Bienvenido a la CASA CANNIBAL. Cocinando a los mas despiadados asesinos en serie, un exquisito, agradabl...