MRS. G.
Ahi estaba yo, tirada en el suelo, con un charco de sangre alrededor de mi.
Mi corazón palpitaba muy rápido, estaba asustada, enojada, pero más que nada, estaba triste. Acababa de perder una de mis mayores ilusiones en la vida. Pasé mi mano temblorosa por sobre aquel agujero del que brotaba toda aquella sangre, estaba débil, me estaba muriendo en vida.
Pero yo no moría por desangrarme, moría por perderlo, yo no tenía idea de lo que había pasado, no se como sucedió, pero había un enorme hueco en mi vientre, yo perdí a mi bebé, en mi propia casa, sola.
Mis sollozos era lo único que se escuchaba en mi silencio.
—No, n-no...
Inmóvil, no podía hacer nada, no me podía parar, no me podía curar, yo estaba apunto de morir. Comencé a perder la conciencia, y aún ahí, sentí como unos anchos brazos me elevaron al aire..
Pero todo fue una vil pesadilla.
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Un año después.
El equipo se estaba preparando para el golpe.
Guantes listos, armas preparadas, y las camionetas estaban con el tanque lleno. Rodearon el banco e hicieron su aparición. De inmediato, cada integrante del grupo salió del transporte, eran más de quince quienes entraron. Todos les temieron.
De diferentes uniformes, diferentes estaturas y armas, todos llevaban una máscara sobre sus rostros, cada una singular, y hechas con mucho esfuerzo.
Mamá Cerdito: ¡HOLA! ¡HOLA!— Fue la más escandalosa al entrar, pues rompió el cristal de la puerta solo para no abrirla. — Tu, no... No lo intentes.. —Habló al joven de la caja, el cual estaba acercándo su mano al botón que activaría la seguridad.
Danny D: Ya saben lo que tienen que hacer. ¡TODOS AL SUELO! — Gritó uno de los muchachos al disparar su arma contra el techo.— No quiero ver ni un solo movimiento de su parte.— Apuntó a un hombre que ya estaba recostado en el piso.
Mamá Cerdito: Vigilen.— Habló la líder y se acercó al cajero que ya había inmovilizado con su ametralladora.— ¿Serías tan amable de abrirnos la bóveda? No quiero ejercer fuerza.. Sabes a lo que me refiero..
Su voz era suave y manipuladora. Todos los integrantes ya tenían algo a que dedicarse, pues el grupo estaba dividido en tres grupos. Grupo 1, los encargados de hacer vigilia, ellos revisaban la actividad de seguridad, vigiliaban si algún policía estaba cercano a ellos. Grupo 2; Amordazaron y amenazaron a los civiles que se encontraban en el suelo, algún movimiento extraño y disparaban. Grupo 3; los encargados de sacar el dinero de la bóveda, la tarea más satisfactoria.
Mamá Cerdito: Anda cariño, no tenemos todo el día.. —Apuntó su arma a la cabeza del cajero.
Cajero: B-bien, l-l-lo haré.— Titubeó pero comenzó a acercarse.
Papá Cerdito: ¿De cuántos dígitos es la clave? Es algo importante.
Cajero: O-ocho, son ocho dígitos señor.— Llegó a la entrada de la bóveda y comenzó a temblar. Tocó ocho teclas y esperó a que esa fuera la clave.
[ E R R O R ]
Marcó la bóveda y el cajero dió un salto de miedo. Félix, quien llevaba puesta la máscara del caballo se acercó por detrás del trabajador, acercó su pistola a su cuello y musitó.
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Willow's Bakery: CANNIBAL HOUSE º -addam-addam-
De TodoCuando la pasteleria de Miss Guns, una lider criminal , queda en quiebra, hasta los mas oscuros y retorcidos caminos son una luz en el barandal. Bienvenido a la CASA CANNIBAL. Cocinando a los mas despiadados asesinos en serie, un exquisito, agradabl...