CAPÍTULO I

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(Los siguientes capítulos son un borrador, por lo tanto se haran cambios a lo largo de las actualizaciones. Recomiendo leerlo una vez más de ves en cuando)




AZAHEL

No ofrezco amor, solo sexo salvaje y adios.


No soy hombre de cursilerías, ni palabras pendejas que usan las mujeres cuando creen estar enamoradas. A mí me gusta follar y pasarla bien y a la que no le quede esto claro, tendré que recordárselo de la peor manera. Odio los compromisos y no creo en el amor y esas mierdas. Si estás dispuesta a abrirte de piernas para mí. Entonces, serás la amante perfecta.

Cosa que se le ha olvidado a la mujer que está a mi lado desnuda. Estoy seguro que le dije que se fuera, pero la muy estúpida no me hizo caso y ahora sabrá lo que pasa cuando desobedecen. Tiene una pierna sobre mi cintura, el cabello rubio decolorado esparcido en la almohada. No soy tan idiota paga negar que es una mujer exuberante y muy sensual, que despierta el morbo que cargo encima todo el tiempo. De allí, a sentir algo más, es otra cosa.

La apartó de mí sin ningún tipo de cuidado. La escucho quejarse y rebusco en el sueño los bóxer y mis pantalones.

— Buenos días cariño — aquí vamos. Esto es lo que me cabrea, que se crean con el derecho de tratarme como su jodido novio. La ignoro para que entienda que me importan un quintal de mierda sus palabras y me voy al balcón para fumarme un cigarro. Ella no lo capta y termina acomodándose sobre mi cama reluciendo su desnudez.

— Quiero que te largues ahora mismo — dejo claro — No voy a repetirlo dos veces — las sutilezas no van conmigo.

— ¿Cómo dices? — Se hace la tonta — Amor, todavía es muy temprano para...

— ¡Lárgate de una maldita vez! — La cabeza comienza a dolerme y no le doy tiempo ni siquiera a que se cambie. Recojo su ropa y la sacó de la cama cortando sus palabras. Lo dije una sola vez y no me hizo caso, para su mala suerte me hastía repetir tanto las cosas.

— ¡Me estás lastimando, idiota! — me entierra las uñas en los brazos y me cabrea mucho más — No tienes que ser tan hijo de puta — en otro momento me reiría, pero no estoy de humor y eso no es una buena combinación si quieres salir con vida de aquí — Solo quiero dormir un poco...

— Si no te vas por las buenas, te mostraré cómo lo hago a las malas — corto cualquier cosa que fuera a decir — .Me importa una mierda si debo patearte el culo y arrojarte desnuda a la calle.

Me tapo la cara con el brazo esperanzado que la loca que tengo a un lado se mueva y se vaya. Sin embargo, no lo hace y comienzo a perder la paciencia. Tiene el cuarto impregnado de su perfume barato y me esta revolviendo el puto estomago. Juro que si no se larga ahora mismo, le cortaré el cuello.

— ¿Aún sigues aquí? — apartó el brazo solo para mirarla con odio.

— No puedo creer que estés hablando enserio.

Yo no voy a estar repitiendo las cosas como si fuera una cría de meses. Si no lo entiendo por las buenas lo hará por las malas y para su buena suerte, hoy estoy dispuesto a sacarla sin un solo rasguño. No anticipa mi jugada y eso me da vía libre de tomarla por el cabello y sacarla de allí. Se queja pero no me importa.

— ¡Demonios, sueltame me estás lastimando! — grita y eso empeora mi dolor de cabeza. Recojo su ropa del suelo y la agarro del brazo sacándola a empujones de mi casa.

DIABÓLICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora