Capitulo 7

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–¡¿QUE HICISTE QUE COSA?! — Ace se abalanzó a taparle la boca a su querido amigo que no supo disimular la sorpresa.

–¡Cállate idiota! ¡No quiero que se entere toda la organización! — lo regañó apartándose cuando vio a Marco más calmado.

–¡El idiota eres tú, imbécil! — le pegó un zape — ¿Cómo se te ocurre acostarte con la chica que tenías que proteger? ¡Mierda, Ace! ¿es que solo piensas con la verga? — le propinó otro golpe más fuerte.

–¡Oi, ese si dolió! — se quejó irritado pero recibió un tercer golpe.

–Para que se te quite lo imbécil — Marco estaba enojado. — teniendo a tantas la escoges a ella, ¿Por qué te acostaste con ella? — el rubio se estaba sobando el arco de la nariz.

Se produjo un silencio donde Ace no sabía bien que responder.

–No lo sé, solo pasó y no me arrepiento — ya podía sentir el cuarto golpe de Marco pero este nunca llegó.

En cambio el hombre rubio solo se encontraba recargado sobre su escritorio con un semblante pensativo.

–¿Te gusta Cassie? — preguntó serio.

–¡No! Bueno... No sé — se sentía muy confundido, se sentó en el suelo sintiéndose cansado por la situación — cuando la conocí se veía tan frágil... — dijo sin mirar un punto fijo, perdido un poco en los recuerdos — intentando hablar se veía tan linda e indefensa — narraba Ace con una sonrisa nostálgica — no ha pasado mucho desde que estamos juntos pero conocí muchas facetas de ella... — se produjo un silencio.

–¿Entonces? — lo incentivó a hablar.

–Entonces... — le tomó la palabra — de repente pareciera que toda esa imagen que tenía de ella, todo lo que creía de ella era mentira... No sé — se sentía frustrado, no era común para él expresar sus sentimientos — me confié y yo no me fío tan fácilmente — exasperado se sobó la nuca y ocultó su expresión con su sombrero — al final tenías razón Marco, no se qué tipo de persona es ella — se sentía traicionado de alguna manera y sabía que eso no era culpa de Cassie.

Marco suspiró entendiendo lo que le intentaba expresar su amigo, se sentó a su lado.

–Ace, la princesa... — dudó un poco antes de continuar — ella no parece tener mucho sentido común y no sabemos qué tipo de vida tenía antes, intenta conocerla debidamente — dijo dándole unas palmadas en el hombro — además de todas formas tienes que pasar tu tiempo con ella porque tú misión es vigilarla — le sonrió levantándose.

–Hablar contigo siempre ayuda — dijo levantándose.

–Si, ahora sal de mi oficina y ve a verla — Ace se rió y salió despidiéndose con la mano.

En el comedor cuando Ace acababa de irse la peli-castaña fue guiada hasta una mesa que se encontraba un poco apartada.

–Quédate aquí un momento, te traeré algo para comer ¿Te gustan los dulces? — ella asintió y el cocinero le sonrió. — Ya vuelvo — se despidió y la chica se quedó ahí sin mover ni un músculo hasta que Thatch volvió con una humeante tasa de chocolate y galletas. — eres muy obediente ¿Verdad? — comentó dejando la tasa junto a las galletas frente a ella — adelante, puedes comer — a Cassie le brillaron los ojitos con hambre y empezó a comer con ganas.

Thatch la miró con atención, era una chica curiosa, no hablaba y se veía tranquila aunque las manchas de sangre en la ropa indicaban otra cosa.

–Cassie, ¿Verdad? — ella asintió — ¿Sabes leer?

–No. — contestó luego de tragar lo que tenía en la boca.

–¿Antes hablabas?

–P-Po. o-co

Solo Contigo | Portgas D AceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora