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Necesitado - Rotxo

Aunque erais compañeros, rotxo siempre había expresado sus nervios por el sexo. Desde el momento en que ustedes dos se pusieron serios, sintió la necesidad de hacerte consciente de su aprensión. No quería que tuvieras una relación con él si no podía satisfacer tus necesidades. Para su sorpresa y deleite, no te importó esperar.

Tu reacción es un recuerdo grabado a fuego en su cerebro, algo que atesora porque fue uno de los pocos momentos de su vida en los que se sintió completamente visto, aceptado y amado. Sus ojos estaban fijos en el suelo, sintió que levantabas su barbilla para que su mirada se encontrara con la tuya. Se sorprendió por la expresión suave que tenías, derritiéndose con el suave arrullo de tu voz, "rotxo, si esto es importante para ti, estoy más que dispuesto a esperar hasta que estés listo. Lo vales"

Pero ahora, no puede evitar maldecirse a sí mismo. Estabas llegando a un año de estar emparejado, y sus pensamientos estaban llenos de nada más que finalmente poder verte en tu estado más dichoso. Hace esto ¿Significa que sus nervios se han ido? Absolutamente no. Pero habían disminuido lo suficiente como para que se sintiera listo. Simplemente no tenía la menor idea de cómo sacarlo a colación.

Tu compañero ha estado especialmente pegajoso hoy. como todos los miembros del clan metkayina, te levantas al amanecer para saludar el día y prepararte para tus tareas. Incluso en tus días libres, te levantas temprano para ver el cielo estallar de color y pintar las olas que se mecen, que es lo que estarías haciendo si no fuera por el agarre de hierro de rotxo en tu estómago. sabes que está despierto, siempre se despierta antes que tú. Ambos tienen que ir de cacería hoy, así que ¿por qué no te libera?

"ma Rotxo", arrullas, con la voz todavía rasposa por el sueño, "debemos levantarnos" dijiste bostezando.

Tu compañero gime, acariciando su rostro en tu cuello, "solo unos minutos más, ¿por favor?"

Te derrites con la aspereza de su suave voz. Tú cedes, "solo unos pocos. El grupo de caza se irá pronto". mientras pensabas que tu pareja se sentía muy cariñoso esta mañana, en realidad estaba tratando de reunir el coraje para expresar sus deseos. Si tan solo los ocho minutos de caricias que le permitiste fueran suficientes...

Este comportamiento solo empeoró a lo largo del día. Te colocó en su regazo mientras desayunabas, acercándote más cuando intentabas sentarte en tu propio asiento. Sostuvo tu mano en un agarre ineludible mientras te dirigías a la playa, solo soltándola vacilante cuando necesitabas montar para nadar.

Sus ojos te taladraron toda la cacería. Afortunadamente, estuvo presente cuando fue necesario para que el grupo pudiera asegurar lo que se necesitaba. Pero todos podían decir que algo andaba mal con él. Sus ojos solo se movían de tu forma cuando era necesario, no era tan rápido como de costumbre, y tomó bastante tiempo procesar las palabras de los demás. Aunque querían preguntar, sabían que llegarías al fondo del asunto, por lo que pensaron que era mejor dejarlos solos después de empacar las muertes.

Rotxo, por otro lado, estaba teniendo posiblemente uno de los días más difíciles de su vida. Necesitaba concentrarse, esta cacería era importante. Será una fiesta para celebrar una pareja apareada. Pero parece que no puede poner su mente en orden. No con tu apariencia. la mirada determinada en tu rostro, el viento soplando suavemente tu cabello, las gotas de agua persiguiendo todas y cada una de las curvas de tu cuerpo, el sol enmascarando tu suave piel verde azulado parece que está brillando. No estaba ayudando a su dilema actual. Seguro, él había sido excitado por ti antes. Pero nunca cuando sintió que estaba listo para el sexo y había pasado los últimos días buscando la mejor manera de decírtelo. Esto fue una tortura.

Una vez que empaquetaste tu presa y la colocaste con el resto para prepararla para el festín de esta noche, te arrebataron la mano y tiraron de tu cuerpo hacia la pasarela hinchable que conducía al marui. Aceleraste tus pasos para igualar la prisa de Rotxo, frunciendo el ceño mientras intentabas seguir el ritmo de sus largas piernas y rápidos pasos.