4. La muerte de T/n

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Mientras el sol de la tarde del domingo se ocultaba, las cosas transcurrían con normalidad dentro de la cafetería Anteiku. Contrario al bullicio que tuvo lugar en la mañana, el ambiente que adornaba el local era de silencio.

Quedaba corto decir que este día fue por mucho uno de oro para el establecimiento. La racha vendedora que se dio fue tan buena que los suministros estuvieron cerca de agotarse.

Como una especie de estrategia psicológica rastrera, todo el personal recibió el visto bueno para irse temprano, aparente gran oferta que la mayoría no dudo en aceptar.

Desde el más alegre hasta el más gruñón, la ganancia del día detono la euforia en todos los miembros del negocio, en todos menos en uno.

Mientras sostenía una escoba, haciendo movimientos cansados T/n limpiaba aburridamente los polvorientos pisos del café.

Aunque los fines de semana no formaban parte de su horario laboral, trabajar para ganar dinero extra era mucho más productivo que pasarse el día entero con la cara estampada a un colchón.

¿Lo rescatable? A comparación del día anterior su lamentable apariencia estética mejoro, sus ojos ya no se encontraban hinchados, ni su nariz sensible y mocosa.

Por dentro sin embargo era una historia diferente.

Aun cuando la tristeza seguía latente ya no lo golpeaba con la misma intensidad de hace dos días.

Sirvió como terapia pasar un día entero viendo memes y videos de soldados siendo rechazados en público. De manera cuestionable alivio un poco su pena ver como a otros les partían y pateaban el corazón.

Tras terminar de barrer guardo la escoba junto a los demás artículos de limpieza. Observando como el piso se encontraba limpio asintió mentalmente para luego dirigirse al salón principal.

Al llegar se sentó en una de las mesas vacías para disponerse a jugar con su móvil.

Mientras continuaba sumergido en su juego favorito una taza humeante fue puesta delante de él. Perezosamente levanto la mirada para ver que se trataba de su compañero poseedor de la probablemente nariz más rara de todo Tokio.

T/n: ¿Eh?...... ¿Y esto? ¿Para qué o qué?

Enji: Como que "para que o qué". Es para ti chico, un delicioso café negro hecho con los últimos granos que nos quedaron, disfrútalo.

T/n: De- ¿De verdad es para mí?........... ¿No me harás pagar por esto después? ¿Cierto?

Enji: *agitando la mano*. Claro que no, es gratis, corre totalmente por mi cuenta.

T/n: (gratis ¿eh?). *suspira*. Enji-san, mejor ve al grano de una vez, dime ¿porque me das esto?

Cuestiono dudoso a su compañero. Si algo útil le había enseñado el internet era que casi nada en el mundo era gratis. Las personas que tenían gestos o hacían favores aparentemente de la nada la mayoría de veces contaban con intenciones ocultas.

Enji: ¿Qué?..... ¿Es que acaso no puedo tener un gesto con un colega?

Al ver que T/n lo seguía mirando de forma poco convencida dio un suspiro y hablo con la verdad.

Enji: ¡Bien! ¡Bien!. Tómalo como un agradecimiento de mi parte. Todos los demás decidieron largarse pero tú te quedaste a ayudarme. *dramáticamente*. Nadie se había preocupado tanto por mí. *ríe*. Muchas gracias T/n.

T/n: (Con que era eso).*encogiéndose de hombros*. De todas formas no es como si no fueran a pagarme por esto.

Enji:...........

Un Espiritu Defectuoso (Date a live x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora