Fragmento I: Robin

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Una tarde tranquila en el Thousand Sunny. Hacía una brisa agradable, y suaves rayos de sol alcanzaban hasta el último rincón de la enorme cubierta del barco.

La mayoría de los integrantes de la banda estaban reunidos allí: Luffy, Usopp y Chopper estaban tumbados en medio del césped tomando el sol, mientras el segundo les hacía reír con sus extravagantes historias; Franky estaba en su mundo, concentrado en lo que fuese en que estaba trabajando; Brook se tomaba su té de la tarde sentado a la sombra; y, por último, Sanji se encontraba sentado en las escaleras ojeando un libro de recetas.

Solo faltaban dos personas allí: Zoro, que estaba en su habitación entrenándose como de costumbre, y Nami. El paradero de ésta última lo desconocía. La había visto salir de la habitación que ambas compartían desde temprano en la mañana, y no la había vuelto a ver durante el transcurso del día.

Le resultaba raro que no hubiese regresado a la habitación a trabajar en sus mapas y, a decir verdad, también había otra cosa que estaba fuera de lugar. Sanji no había aparecido a traerle la merienda, cosa que solía hacer a diario. Y verle allí sentado a esas horas, en lugar de estar en la cocina preparando algo para el resto de la tripulación, le parecía bastante extraño.

- Chicos, ¿habéis visto a Nami?

- ¡Oh! ¡Robin-chwan~! ♥

Al verla, Sanji se puso en pie de un salto y fue a su encuentro mientras ella descendía por las escaleras para reunirse con los demás en el jardín en cubierta. Los tres que estaban recostados en el césped también repararon en ella, y luego de una entusiasta invitación por parte de su capitán para unirse a ellos y terminar de escuchar el relato de Usopp, continuaron tal y como estaban antes de llegar ella, con el joven de nariz larga contando sus historias y los otros dos riendo sin parar, a quiénes finalmente se les unió Brook luego de terminarse el té.

Mientras tanto el cocinero del barco ya había llegado hasta ella y aclamaba su atención.

- ¡Perdona, Robin-chwan~! ♥ ¡No he olvidado tu merienda, por supuesto que no! Te prometo que en cuanto Nami-swan termine en la cocina, te prepararé algo de inmediato. Te compensaré por la espera, ¡me aseguraré de que no hayas probado algo mejor~! ♥

Robin procesó la información que acababa de recibir, haciendo caso omiso de los detalles referidos a la merienda que tanto parecía preocupar a Sanji.

- Oh, así que está en la cocina...

Movida por la curiosidad, se dispuso a desplazarse en dirección a la cocina, no sin antes dedicarle una agradecida sonrisa al cocinero.

- Gracias por la ayuda, Sanji.

- ¡Siempre es un placer, Robin-chwan~! ♥

Atravesó la zona recubierta de césped y subió las escaleras, para finalmente detenerse frente a la puerta. Se asomó por la barandilla del pasillo para echar una última ojeada a la cubierta del barco, sonriendo al ver a sus alegres compañeros reunidos allí. Incluso Sanji se había hecho un sitio junto al resto en medio del césped, que seguían riendo y contando historias bajo el sol, disfrutando del agradable día.

Le llamó la atención la solitaria figura de Franky, que continuaba trabajando junto a la puerta del dormitorio de los chicos, sin inmutarse si quiera ante el alboroto que estaban armando sus compañeros a pocos metros de él.

Con una sonrisa juguetona dibujada en el rostro, Robin decidió poner a prueba su inalterable concentración. Pronuncio cada sílaba con calma, y con claridad.

- Hen... tai...

- ¿Qu-qué...? ¡¿Alguien me ha llamado?!

Divertida, soltó una leve risitaantes de cruzar la puerta que la separaba del comedor.

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora