Déjame contarte una hermosa historia de amor que sucedió hace mucho, mucho, mucho tiempo.
Antes existían 3 reinos que se llamaban:
El Reino Norte, teniendo a 2 hermosas princesas, la mayor conocida como la princesa de la primavera por su belleza y ternura se llamaba Ririka y su gemela conocida como la princesa del invierno por ser tan fría, aunque con su hermana y otras personas era diferente, se llamaba Kirari.
El Reino del Oeste teniendo como heredero de la corona a un hermoso chico de cabello rubio y una belleza deslumbrante, también conocido como el príncipe del verano se llamaba Mark Saotome.
El Reino del Oriente teniendo a un hermoso príncipe que hacía que todos cayeran a sus pies por solo pasar a su lado llamado como el príncipe del otoño, Rei Batsubami.
Los 2 jóvenes tenían una pequeña discuta que no querían que escalara a mayores percances y que sus súbditos fueran los que sufrieran y menos la hermosa princesa de la primavera. Ese problema era que ambos príncipes estaban enamorados de Ririka.
Su belleza, su amabilidad, su ternura y su honestidad los había cautivado al mismo tiempo cuando eran sólo unos mocosos que no conocían nada del amor.
Ririka y los 2 príncipes eran muy buenos amigos desde que tenían uso de razón, su hermana pequeña no le gustaba mucho que le quitarán su tiempo con ella pero no decía nada para no arruinar la felicidad de su hermana.
Las 2 chicas junto a los reyes y su familia estaban en las puertas del palacio principal esperando pacientemente la llegada de sus invitados, hoy las gemelas cumplían 18 años y eso solo significaba una sola cosa... Podían escoger un esposo.
Las expectativas iban dirigidas todas a Ririka al ser la mayor y la futura heredera de la corona, pero lamentablemente el corazón de la princesa estaba indeciso entre los 2 príncipes que la habían enamorado, sólo su adorada hermana pequeña, sus primos y sus demás amigos sabían sobre su dilema.
Y es que se vería tan mal que la princesa escogiera a 2 esposos en vez de a uno como tradicionalmente lo hacían las señoritas de su gran status, aunque eso no le importaba mucho pero lo que si la preocupaba era lo que su padre, el Rey,e haría si llegara a deshonrar el apellido Momobami por su desición.
X:¡El príncipe Mark y el príncipe Rei han llegado!.
Sus nervios crecieron al oír aquello y agradecía a todos los dioses existentes por tener una hermanita cómo Kirari que apesar de su frialdad la cuidaba y le demostraba su apoyo aunque sea de la manera más pequeña como lo estaba haciendo ahora, uniendo sus meñiques como cuando eran niñas y se hacían alguna promesa. Giró un poco su cabeza y le sonrió de manera dulce a su hermana quien hizo lo mismo.
Mark/Rei: es bueno volver a verlo Rey Momobami.
Ambos hicieron una reverencia cuando estuvieron al frente del hombre, pero su atención solo estaba en la hermoso heredera del Reino.
Rey: Ririka muestrales sus habitaciones a los príncipes y no se te olvidé llamar su atención -murmurró serio.
Ririka asintió ante lo dicho por su padre, Kirari al estar cerca de ella lo había escuchado con tanta claridad, frunció levemente el ceño.
Ririka: siganme por favor -dijo con suavidad.
Ambos chicos caminaron detrás de la albina oliendo su cabello y suspiraron al oler el suave aroma a fresa que tenía.
El camino era silencioso y eso ponía nervioso al rubio, pensaba en cómo iniciar una charla con su amada y el idiota que tenía por amigo.
Mark:¿Cómo has estado últimamente Ririka? -pregunto curioso.
