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Todo era aburrido.

Había cientos de papeles puestos sobre la mesa, mientras que más folios pasaban por sus manos, el espacio entre sus cejas se reducía cada vez más por el ceño fruncido que se pronunciaba por la frustración.

Todo era soso, sin sabor alguno.

Frente a ella, había uno de los chicos del club, mirándole con clara preocupación por la intensa mirada que la chica tenía sobre los papeles.

- ¿Está bien, presidenta?- Preguntó con algo de inseguridad.

La (c/c) soltó un suspiro pesado, dejó lo que tenía en mano al lado y se quitó las gafas de lectura que tenía puestas solo para frotar sus cansados ojos.

- Esto no me sirve de nada, Nath.- Exclamó frustrada la chica.- No importa cuánto lo intenté, no puedo sacar una nota decente para el gran final.

La pasión con la que hablaba podía ser tomada como una faceta intensa de la chica, pero era algo a lo que todos estaban tan acostumbrados que nadie se molestaba en corregirle a menos de que fuera a un extremo estúpido.

El club de periodismo era muy reconocido en la escuela, desde hacía unas generaciones atrás, los titulares escandalosos e informativos habían permanecido en el centro de atención del alumnado y de los profesores.

- ¿Por qué te esfuerzas tanto?

Al otro lado del aula que utilizaban como área de trabajo, una chica se había quedado equilibrando su peso en una de las sillas, con las piernas encima de un escritorio, mientras que miraba con pereza al techo.

- De todas maneras no es como si fueses a ganar un premio Pulitzer por contar como el director cambió el menú de la cafetería.- Exclamó de mala gana.

A pesar del antipático comentario de la pelinegra, (__) no pareció tomar importancia y sonrió, mostrando toda su dentadura por lo amplia que era su sonrisa.

- Elemental, mi querida Catherine.

- Ese no es mi nombre...- Interrumpió rodando los ojos.

- Cae sobre mi propio nombre que tendré la mejor noticia que esta escuela podría ver.

Con una gran convicción, la (c/c) remarcó su promesa frente a los otros dos miembros del club.

Ya era hora de partir, así que solo limpiaron y volvieron a casa, cada uno de ellos tomando su camino.

Mientras que veía a todos salir y el cielo de la tarde comenzando a volverse de tonos naranjas, la joven chica no paraba de pensar en qué tenía que hacer ahora.

Desde que ascendió como nueva líder del club y el periódico escolar quedó bajo su cargo, no había encontrado la historia con la que dejaría su huella en la escuela, justo como sus antecesores habían hecho. Decorando las paredes del club, en la sala de profesores, incluso en la oficina del director, había algunos encabezados de las noticias más relevantes de las noticias que sus antecesores habían logrado documentar.

Tenía el sueño de lograr ser igual a ellos, tenía el anhelo de que en el futuro su nombre podría estar trascendiendo las barreras del tiempo y lograr inspirar a futuros miembros del club que pudiesen ver su trabajo.

Quería dejar un legado.

Si lo lograba, tendría por seguro de que serían los cimientos de su carrera como una periodista profesional.

Con el último año de instituto, el tiempo se venía encima para dejar su ópera prima en la imprenta, la razón por la que había logrado ser la nueva líder del club de periodismo era porque su predecesor ya se había graduado, si bien ya tenía algo de experiencia con sus primeros dos años, seguía insatisfecha con el desempeño de sus notas.

Rumores [Mochizuki Kanji x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora